En una entrevista publicada este domingo en el diario El Comercio, también señaló que las Fuerzas Armadas no deberían intervenir en esta guerra porque cuando corrompen a los militares, estamos en un problema muy serio, pues tienen poder político, cosa que no tiene la policía.
“Ya hemos visto qué pasó en la década de los 80 y de los 90, cuando corrompieron a los militares que estaban en las zonas del narcotráfico. ¿Qué juez le ponía la mano encima a un militar? El Comercio denunció hace poco que en Piura los tratos con los narcotraficantes mexicanos se hacían en el Casino Militar. ¿Qué juez fue a sacar a un militar de algún cuartel?”, reflexionó.
“En el caso de la policía la situación es diferente, pues si se encuentra a un corrupto, se lo mete a la cárcel. En cambio, con el militar eso es mucho más difícil, pues ahí hay un espíritu de cuerpo. Por otro lado, los militares no saben combatir el narcotráfico. Están entrenados para la guerra, pero no están preparados para investigar bandas de delincuentes, ni para probar que el cabecilla de tal firma es efectivamente eso. Esa es una tarea policial. Los militares no saben hacerlo”, puntualizó.
Con total impunidad
Rospigliosi lamentó que estos delincuentes ejecuten sus actos de violencia cuando quieren y donde quieren, y no les pasa nada ni a los sicarios ni a los que organizan los ataques y pagan para ejecutarlos. “El narcotráfico ya no tolera que le toquen sus rutas y sus zonas liberadas. Ayabaca, por ejemplo, en Piura, se está convirtiendo en una zona liberada”, advirtió.
Por otro lado, desde su punto de vista lo del rebrote senderista es mentira. “No existe esa posibilidad. Sendero ya fue derrotado. Existen dos grupos armados que están ahí, pero que no crecen, que no se expanden, que no llegan a otras zonas, que son sicarios del narcotráfico y que solo actúan en función de sus intereses”.
Para el ex ministro, un problema enorme es subestimar el poder del narcotráfico. “El narcotráfico es ahora más peligroso de lo que fue Sendero, pues tiene muchísima más plata y puede generar muchísima más violencia. Miremos lo que pasó en Colombia hasta que llegó Uribe y puso en marcha el Plan Colombia. Miremos lo que está pasando hoy día en México o en Guatemala, que son países de tránsito donde la violencia es brutal. Allí el narcotráfico ha desbordado y corrompido a las autoridades”, explicó.
En ese marco, el Estado debería recuperar el control de las zonas que se han perdido. Pero para ello se necesita una decisión política del más alto nivel. «Es cuestión de un jefe policial; ni siquiera de un ministro del Interior. Tiene que ser desde el más alto nivel, pues esta lucha será muy dura, larga y peligrosa, ya que el narcotráfico va a reaccionar”, puntualizó.