El cóndor vuelve a Pampa Galeras

Las frías estepas de Pampa Galeras, en el pico más alto de la provincia de Lucanas en Ayacucho, donde la temperatura en el pasado invierno fue de -16° grados, no solo cobijan a vicuñas que recorren traviesas sus gélidos campos, sino también importantes poblaciones de cóndores y guanacos. Desde hace más de un año, estos últimos conviven armónicamente en esta zona reservada, así como en la zona de amortiguamiento de esta importante área protegida.

La alentadora recuperación de ambas especies se logra tras el paciente y permanente trabajo de protección y conservación de las 6,500 hectáreas que abarca la Reserva Nacional de Pampa Galeras –llamada también Bárbara D’ Achille– y las 4,500 hectáreas que comprende su zona de amortiguamiento.

“Desde hace casi un año se está registrando la presencia de varios grupos familiares del ave más grande del mundo, hasta en ocho sectores de esta reserva nacional y su zona de amortiguamiento donde hemos podido avistar de 55 a 58 ejemplares, en su mayoría juveniles y adultos. Hay algunos polluelos que permiten confirmar que se trata de la población de cóndores más importante del país”, asegura el jefe de esta área protegida, Luis Villagómez Vargas.

Estos grupos familiares de cóndores se desplazan entre los agrestes e inaccesibles sectores de Tayapallcca, Choqueccara, Pampacorral, Ccochancca, Perccapercca, Wiracochayoc, Sancaypampa, así como la cumbre de Ilacata. Son considerados sus zonas de anidamiento, descanso, dormideros y donde pernoctan desde el atardecer.

El Comercio llegó a Pampa Galeras con este grupo de guardaparques para constatar el vuelo rasante y espiralado de tan majestuosa ave.

“Hemos podido comprobar que entre abril y noviembre permanecen estos grupos familiares en estas inaccesibles laderas, antes de su recorrido a los llanos en diciembre para anunciar el inicio de las lluvias en la sierra, la llegada del agua a la costa, pero también en busca de la placenta que dejan al parir las lobas de mar y que se constituye en el alimento predilecto de estas aves. Los cóndores también descienden al mar para iniciar su muda y cambio de plumaje anual”, confirma Villagómez.

GUANACOS PROTEGIDOS
Reyno Joyo Ayala –que tiene 33 años como guardaparques en esta reserva nacional– refiere con entusiasmo que en el último año se ha registrado también una presencia permanente de casi seiscientos guanacos que recorren Pampa Galeras. Forman casi medio centenar de grupos familiares integrados por 12 y 15 ejemplares liderados por un macho, varias hembras y algunas crías.

“Las tropillas de guanacos se desplazan dentro de la reserva, pero también en los ámbitos de las comunidades de Uchuytambo, Caja, Huallhua y Puca-Corral. Hemos registrado grupos familiares permanentes y en ellos vemos que la hembra demarca su territorio y zona de tránsito. También se han asentado grupos compuestos hasta por 22 ejemplares machos”, cuenta Joyo.

Precisamente, la progresiva recuperación de estas especies y la experiencia y labor desarrollada en los dos últimos años por el grupo de guardaparques de la Reserva Nacional de Pampa Galeras Bárbara D’Achille ha motivado al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) a iniciar la elaboración del Primer Plan de Conservación, Protección, Censo y Catastro del Cóndor y el Guanaco.

PROTEGIENDO VICUÑAS
En 1993, ocho años después de una intensa matanza furtiva que redujo de diez mil ejemplares –que hasta 1985 formaba la población de vicuñas en Pampa Galeras– a tan solo 2,000 animales, se inició un plan de recuperación de esta especie. Al cabo de 20 años de esforzada labor de protección, conservación y cuidado, este año se han alcanzado los 5,700 ejemplares. (José Rosales/Cortesía El Comercio)

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