El penal de la provincia de Satipo funciona en una casa alquilada de 160 metros cuadrados, que alberga a 151 reclusos, aunque solo tenga capacidad para 30.
La vivienda funciona como penal hace 15 años y ha registrado varios intentos de fuga, como el que se desató con explosivos el último domingo.
“Hace dos años se escaparon dos”, dijo el coronel PNP Roger Arista, jefe de la Policía Nacional en Satipo, a quien además le preocupa que la cárcel se ubique en pleno centro de la ciudad, a dos cuadras de la Plaza de Armas y rodeado de casas particulares.
La casa ha sido dividida en tres áreas: una habitación grande para que duerman los 151 internos; un taller de carpintería y un patio. Dos pequeñas habitaciones funcionan como área administrativa.
Los reclusos deben soportar las altas temperaturas (entre los 28 y 32 grados) de Satipo, localidad ubicada en la selva central.
Para paliar la situación, se ha construido un local en Río Negro, a cinco kilómetros del centro de la ciudad. Pero por problemas administrativos con la constructora, aún no entra en funcionamiento.
“El penal debe trasladarse allí cuanto antes”, dijo el coronel PNP Roger Arista. (Cortesía El Comercio)
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