Sobre el reclamo de homologación de sueldos que exigen los docentes universitarios, el padre Ricardo Morales, del Consejo Nacional de Educación y presidente del Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación Peruana (FONDEP), distingió dos puntos diferentes: la resolución asumida por el Ejecutivo de nivelar los sueldos de los catedráticos y el planteamiento del Gobierno de que el tercer aumento programado se haga dependiendo de una evaluación.
Morales mostró su preocupación en este último aspecto pues, según indicó a INFOREGIÓN, existen las sospechas de los docentes universitarios de que en dicha evaluación “habría una injerencia política peligrosa para dejar de lado maestros, catedráticos y profesores que no están de acuerdo con determinadas políticas o partidismos políticos. El temor existe y es justificable”, recalcó.
Por otro lado, se preguntó si las mismas universidades o el Gobierno realizarían dicha evaluación. “Eso es delicado porque la universidad es autónoma y no puede haber una evaluación que venga de afuera”, remarcó, y agregó que las universidades deben tener cuidado en mantener un alto nivel de conocimiento de sus docentes y preparación en la formación de los universitarios, asunto que deben resolver las mismas universidades.
Resaltó que universidades tienen la suficiente competencia para asegurar el nivel de sus catedráticos, de lo contrario estarían yendo contra sí mismas. El representante del CNE señaló que se deben separar ambas cosas: “Uno es el compromiso de nivelarnos, que debe seguir su curso. En segundo lugar está el asunto de la nivelación que no corresponde realizarlo a través del Gobierno, sino que las mismas universidades deberían proceder a una evaluación permanente de sus catedráticos. A las universidades les interesa eso y para eso es autónoma”, recalcó.
Finalmente, recomendó que la misma universidad o el sistema universitario planteen ciertas medidas que contribuyan a esta evaluación, pero aclaró que tendría que ser dentro del consorcio de universidades que se tome esa acción. “Me parece muy peligroso que a nivel del Gobierno se proceda a esa evaluación porque podría suscitar mucha sospecha de que esto puede estar manejado, de que a lo mejor se va a favorecer a aquellos catedráticos que estén un poco de acuerdo con la política vigente y aquellos que no lo estén podrían ser dejados de lado”, alarmó.