Las primeras investigaciones de la Policía Nacional habrían confirmado que el sangriento ataque a la comisaría de Ocobamba, en Apurímac, fue ejecutado por un grupo de sicarios del narcotráfico encargados de efectuar un “ajuste de cuentas” al comisario Teniente PNP Héctor Zegarra Bernaola, quien al parecer se encontraba involucrado con la mafia.
Según un reporte de inteligencia de la Policía Nacional al que tuvo acceso el diario Perú 21, los sicarios, vinculados a un cártel de Colombia, venían siguiendo desde hace semanas los movimientos del oficial para asesinarlo, debido a que habría recibido anteriormente dinero de la mafia para facilitarles el transporte de la droga desde el Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) y no habría cumplido.
Al contrario, no sólo no cumplió con apoyarlos en el traslado de la droga, sino que a principios de octubre, encabezó el operativo en el que se decomisó más de 82 kilogramos de pasta básica de cocaína (PBC) entre Chincheros y la provincia de La Mar. Este operativo significó la declaratoria de muerte para el oficial.
Grupos de élite
Tras el sangriento ataque a la comisaría, el alto mando policial dispuso la conformación de dos grupos de élite que de inmediato se trasladaron a la zona. Uno encargado de realizar las investigaciones y el otro para llevar a cabo los operativos para capturar a los responsables del ataque.
Según el matutino, las investigaciones policiales han descartado que los autores del ataque hayan sido “narcoterroristas”, “remanentes senderistas” o un “nuevo grupo terrorista”, como indicaban inicialmente algunos despistados analistas, y han confirmado que el oficial Zegarra se encontraba vinculado con la mafia colombiana pues se ha determinado la existencia de dos cuentas bancarias a nombre del teniente con ingresos muy por encima de su salario como oficial.
Las investigaciones del grupo de élite, que dirige el general Pedro Moreno Ruidias, actual jefe de la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES), incluyeron asimismo los testimonios de los tres suboficiales que, pese a la ferocidad del ataque, sufrieron apenas heridas leves y sin consideración.
Por boca de uno de los agentes, se confirmó que los sicarios buscaban expresamente al teniente Zegarra para matarlo. “Con ustedes no es, buscamos al teniente”, les gritaban, al tiempo que otro suboficial confirmó que todo el personal de la comisaría de Ocobamba conocía que el teniente «era buscado por los narcos».
Las investigaciones también han descartado que en el ataque se hayan utilizado cohetes *instalaza* contra la comisaría, como se informó preliminarmente, y se determinó más bien que los destrozos fueron ocasionados por un explosivo conocido como *camote* y que es preparado con tres cartuchos de dinamita.
Dos capturados
Mientras tanto, se informó que el otro grupo especial enviado de Lima y encargado de ubicar a los autores del crimen ha detenido ya a dos presuntos asesinos, que fueron identificados hace unos días por otros tres narcotraficantes capturados en el interior de una camioneta cuanto trasladaban droga en Huancayo.