Las Ballenas de la discordia

El fin de las audiencias orales en La Haya entre Australia y Japón en torno a la caza de ballenas en la Antártida pone sobre el tapete la importancia de proteger la biodiversidad en los océanos. Canberra acusa a Tokio de infringir la moratoria establecida en 1986 por la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que prohíbe la caza comercial de ballenas. Tokio replica que se trata de una cacería “científica” supuestamente para prolongar la vida de dichos mamíferos. Paralelamente, 4,200 toneladas de ballena son platillo de lujo cada año en restaurantes orientales.

La preocupación no es nueva. Estalló durante la década de 1930 cuando buques islandeses, noruegos y japoneses sacrificaban unas 50 mil ballenas para fabricar cosméticos, fijador para perfumes y algunos combustibles.

La Declaración de Santiago firmada por Chile, Perú y Ecuador el 18 de agosto de 1952 –punto neurálgico de la controversia marítima entre los dos primeros– puso a los buques balleneros a raya (CARETAS 2262).

Desde entonces, las ballenas pegaron la vuelta al Perú. Entre 1959 y 1961, expertos de las Naciones Unidas vieron 2,266 cachalotes pasar frente a Paita y Tumbes (Cachalotes del Pacífico Sureste. Imarpe, 1968).

Según los últimos cálculos de la CBI, en el hemisferio sur existen unas 4,500 ballenas azules, 52 mil ballenas jorobadas y 12 mil ballenas francas. Luego de la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera Internacional de 1986, que prohíbe la caza comercial de estos mamíferos, el crecimiento anual ha sido del 7%. La amenaza, no obstante, aún continúa y todo dependerá del fallo en Holanda a fines de este año.

PERÚ: RUTA DE GIGANTES
El pasado 16 de julio, a bordo del yate Daring, mientras registraba imágenes para la expo Ruta de Gigantes (inaugurada en Mistura), el fotógrafo Alejandro Balaguer avistó una colonia de ballenas frente a las costas de Vichayito, Órganos y El Ñuro en Piura. “Durante tres días, vimos un promedio de seis ballenas por día. Se trataba de machos persiguiendo hembras para ganar preferencia”, señala.

Según Balaguer, la presencia demuestra la recuperación de algunas especies frente a otras en peligro de extinción. “Hay escasez de Ballenas Azules pero incremento de las Minke que debería llamar la atención del Estado hacia un sector que mueve más de 1 billón de dólares anuales y que moviliza a más de 15 millones de turistas”, señaló. Cifras nada despreciables. (Orlando Bardales Nogueira/Cortesía Caretas)

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