Una revisión de cómo actúan los gobiernos regionales en las políticas de desarrollo y el apoyo a las acciones contra la producción de hoja de coca y el narcotráfico arrojó que su papel es casi nulo.
Según el Programa de Apoyo para una Cultura de Paz y el Fortalecimiento de Capacidades Nacionales para la Prevención y el Manejo Constructivo de Conflictos, nueve de 13 gobiernos regionales en donde existen cuencas cocaleras incluyeron a la coca y/o narcotráfico en sus planes de gobierno.
Estas regiones son: Amazonas, Cajamarca, Cusco, Junín, La Libertad, Madre de Dios, Pasco, Puno y San Martín. En tanto, tres plataformas —Huánuco, Ucayali y Loreto— mencionaron el problema, pero no plantearon ninguna estrategia para atacarlo. El único gobierno regional que tenía una propuesta concreta, el de Ayacucho, sostuvo legalizar la hoja de coca e industrializarla.
En el ámbito municipal, el caso es similar. El programa, a cargo de la Presidencia del Consejo de Ministros, la Comisión Europea, el PNUD y ONUDD, planteó que los Gobiernos subnacionales se comprometan activamente en esta lucha. La próxima elección regional y municipal debería hacer la diferencia. (Cortesía Correo Semanal)