Cinco encapuchados que portaban armas de fuego tuvieron que escapar a todo correr luego de que la población organizada reaccionara ante la alarma del vigilante del Instituto Superior Tecnológico Alto Huallaga.
Los sujetos incursionaron en el local cerca de las 8 de la noche y, tras reducir a golpes al vigilante Enrique Montoya, intentaron desvalijar la sala de cómputo donde se encuentran 50 equipos.
Sin embargo, el otro vigilante, Edgar Guerra, logró tocar su silbato y avisar del intento de asalto, movilizando a toda la comunidad que salió de sus casas armadas de piedras, palos y fierros.
Tras una breve persecución, los desconocidos desaparecieron en la oscuridad y aprovechando los matorrales. En tanto, los vecinos han decidido redoblar el patrullaje, pues el puesto policial se encuentra bastante distante de la zona para que pueda ofrecer una respuesta oportuna ante otro asalto.