Un total de 17 pistas clandestinas de aterrizaje, construidas por narcotraficantes para el envío de droga al extranjero, comenzaron a ser destruidas en la provincia de Oxapampa por la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional, durante el desarrollo de la operación Troya I, que es ejecutada por agentes especializados del Grupo de Operaciones Antidrogas llegados de Lima.
Los campos aéreos no controlados fueron detectados en su mayoría por un trabajo de inteligencia policial. Estaban instalados y acondicionados en medio de grandes extensiones de terreno con la fachada de ganadería y medían entre 800 y 1,000 metros de largo y en áreas cercanas a los ríos Pichis, Palcazú y Pachitea.
Fuentes policiales dijeron a INFOREGIÓN que desde allí los traficantes enviaban la droga en avionetas de matrícula extranjera hacia Bolivia y Brasil, en vuelos que se realizaban mayormente en la madrugada y en operaciones que sólo demoraban entre 15 y 20 minutos. Cada avioneta transportaba aproximadamente 350 kilos del estupefaciente.
Para la destrucción de las pistas clandestinas de aterrizaje, fueron utilizadas maquinaria para excavar el suelo y explosivos de alto rango, los que al explotar formaron enormes cráteres.
Hay que mencionar que el valle Pichis – Palcazú abarca territorio de las provincias de Oxapampa, en Pasco, y la provincia de Puerto Inca, en Huánuco, habiéndose convertido en escenario geográfico de producción de coca, procesamiento de cocaína y zona de exportación aérea de la droga.