La muerte de los dos asesinos a sueldo no me conmueve. Dos seres miserables que cegaron la vida de personas valiosas y arruinaron la vida de sus familias.
¡Murieron en su ley!
Ahora bien hablemos ahora de nuestra ley, la de la civilización; una que no admite ejecutar sumariamente a personas rendidas. Leyes que no permiten que se maten a delincuentes para que nunca sepan quienes los contrataron; menos todavía que lo hagan para encubrir a sus colegas que unos días antes ayudaron a fugar a los criminales.
No digo que ello haya ocurrido en este caso, pero declaraciones tan valientes como la que sigue, de un exdirector general de la PNP y dos veces presidente del Inpe son de por sí suficientes para exigir una investigación a fondo y por órgano independiente.
No es el único que ha reflexionado sobre esa inquietante posibilidad, pero por su trayectoria en la PNP y por los puestos que ha ocupado, sus declaraciones son de extrema importancia.
Y las investigación debe ser seria.
No nos vaya a salir el ministro Pedraza que como con los seguimientos de la Dirin la Inspectoría de la PNP “investigará”.