El contralmirante AP Jorge Valencia, director de Control de Oferta de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA, señaló a Inforegión que un estudio realizado por la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria revela que más de la mitad de los peruanos que habitan en las cuencas cocaleras reconocen los severos problemas y perjuicios sociales que genera el cultivo ilegal de la coca y la presencia del narcotráfico en dichos lugares.
El estudio, realizado en 18 localidades de las regiones Huánuco, San Martín, Ucayali y Ayacucho, indica que el 63% de la población de estas zonas percibe que la hoja de coca se destina al narcotráfico, el 81% considera que el narcotráfico usa principalmente a los adolescentes y jóvenes para transportar la droga de la selva a la costa del país, en tanto que un 70% cree que el narcotráfico utiliza a los niños para el sembrío y la cosecha de la hoja de coca.
Por otro lado, un 58% de encuestados afirma que el narcotráfico coloca minas antipersonales para impedir la erradicación, otro 60% de la población de estas zonas percibe que el principal efecto negativo del narcotráfico en la sociedad es el aumento del crimen y la delincuencia debido a que entre el 60 y 70% de los actos delictivos en el país son bajo influencia de las drogas.
Reducir sembríos de coca
Según el estudio, el 42% de los encuestados señala que se deben reducir las plantaciones de coca dejando sólo los cultivos legales, que son 9 mil toneladas, y el país produce actualmente 114 mil toneladas, estas 9 mil toneladas son para el ‘chacchado’ y para algún tipo de uso industrial.
Un 28% menciona que se debe eliminar totalmente la hoja de coca y un 7% dice que se debe mantener. Sin embargo, Valencia recalcó que el común denominador de esas cuatro regiones es que sus pobladores son concientes de la problemática que les genera de violencia, corrupción y utilización de sus hijos como ‘traqueteros’ y ‘burriers’.
Valencia refirió que esta encuesta sirve a Devida, como ente rector que dirige la política nacional de lucha contra las drogas 2007 – 2011, afinar los tres ejes de la política sobre drogas: prevención del consumo de drogas, interdicción de insumos químicos y desarrollo alternativo sostenible para que los agricultores dejen los sembríos de coca por otros cultivos legales como el cacao, café y palmito, productos de gran demanda internacional.