Cuando la internet cambió la vida de los cacaoteros

A sus 63 años, Tomás Guado no se imaginó que aprendería a usar una computadora. Ese objeto le parecía extraño y lejano. No comprendía cómo lo ayudaría a cuidar mejor a su ganado de cebú (vacas) y optimizar su producción de cacao. Pero se dejó convencer por la gente de Cedro, que, con la asistencia técnica y financiera de USAID/Perú, decidieron llevar conocimiento a las zonas más alejadas del país.

Tomás ahora sabe que la edad no es un límite para seguir aprendiendo y ya no le molesta recorrer varios kilómetros desde el distrito de Honoria, en Huánuco, donde vive, hasta el recién instalado telecentro de la comunidad de Campo Verde, en Ucayali. Si hay mal tiempo, le puede tomar tres horas llegar, pero el beneficio es mayor.

“Estoy aprendiendo a escribir en la computadora”, dice mientras aprieta los botones del teclado utilizando solo su dedo índice, como cualquier principiante. Además, cuenta entusiasmado que ha logrado curar a varios de sus animales buscando y leyendo notas en internet. Da gusto verlo sonreír, sus ojos se iluminan como los de un niño.

ELLAS SON
“Soy mujer cacaotera y chocolatera”. Así se presenta Anita Ruíz, mujer cacaotera que, junto a su esposo, ha dedicado toda su vida a este negocio. Ella y Tomás Guado son parte de la cooperativa Campos Verdes, que agrupa a más de 500 socios de cuatro distritos: Campo Verde, Nueva Requena, Tournavista y Honoria.

Las 25 mujeres que forman parte de la cooperativa manifiestan que Paquita, su presidenta, les enseñó a hacer chocolate y productos derivados, como chocotejas, tortas, chocolates con pecanas, entre otros. Sin embargo, muchas señalan que desean seguir innovando en la repostería. Aquí es donde entra en escena la iniciativa de inclusión digital.

El telecentro es un lugar de aprendizaje y comunicación que conecta a las comunidades con el resto del mundo. Como tienen conexión de banda ancha se pueden hacer teleconferencias. Cumple con la finalidad de evitar el aislamiento y generar nuevas oportunidades.

“Aquí nosotras miramos videos y aprendemos a mejorar nuestro chocolate. Eso nos gusta. Tenemos de todo, solo depende de nosotros seguir aprendiendo”, manifiesta Anita.

Como se sabe, a diferencia de Lima y otras ciudades del Perú, la velocidad de acceso a internet en la selva suele ser muy baja, por lo que es casi imposible visualizar videos en las redes. Pero con estos telecentros esa limitación ya se acabó. El sábado último, durante la inauguración del telecentro de la localidad de Campo Verde, se hizo una comunicación simultánea por videoconferencia con la comunidad del distrito de Pueblo Libre, a varios kilómetros de distancia, que ahora también cuenta con un telecentro.

LA COMUNIDAD SONRÍE
Campo Verde es uno de los siete distritos de conforman la provincia de Coronel Portillo en Ucayali. Esta localidad le hace honor a su nombre, ya que está rodeada de plantaciones. Toma 30 minutos llegar a esta zona por carretera desde la ciudad de Pucallpa. En esos minutos se puede apreciar la vida tranquila de un pueblo dedicado a la producción de cacao, madera, a su campo y a su gente.

Decenas de pobladores de Campo Verde se concentraron en la plaza de la comunidad para participar de la inauguración del telecentro que está ubicado en una de las instalaciones de la parroquia Fray Martín.

En la ceremonia participaron Carmen Masías, presidenta ejecutiva de Devida, Ted Gehr, director adjunto de USAID/Perú; Miguel Orestes Baldeón Marino, alcalde de Campo Verde; y Alejandro Vassilaqui, director ejecutivo de Cedro.

PRODUCTOS ALTERNATIVOS LE VAN GANANDO ESPACIO AL NARCOTRÁFICO
El alcalde de Campo Verde, Miguel Baldeón, fue el primero en pronunciarse sobre el avance de la comunidad: “Los telecentros son un gran paso para la inclusión digital y es una manera de integrarnos al mundo”, señala bajo el abrasador sol selvático.

La presidenta ejecutiva de Devida, Carmen Masías, resaltó que este tipo de proyectos ayuda a las comunidades a salir del círculo vicioso de la producción de coca para el narcotráfico. “Los gobiernos regionales y provinciales están trabajando en un plan para que los pobladores apuesten por productos alternativos”, indicó.

Es por ello que los pobladores están apostando por la producción de cacao y la elaboración de chocolate. El telecentro es una herramienta más para mejorar su producción y llegar pronto a nuevos mercados. Masías detalla que la producción de palma de aceite agrupa a 100 000 excocaleros que ahora ganan mucho más que con la coca.

“La región Ucayali ha avanzado satisfactoriamente en su lucha contra el cultivo de la hoja de coca que va para el narcotráfico”, dijo citando a la comunidad de Huipoca, que con apoyo de las Naciones Unidas sembrará 200 hectáreas de cacao, el más fino y aromático del mundo.

A su turno, Ted Gehr resaltó que los cursos que dictarán en los telecentros no solo ayudarán a los agricultores, sino también a los maestros y alumnos, es decir, a la educación de la localidad. Precisamente, uno de los profesores del telecentro es Jeffrey, quien observa con gran entusiasmo cómo más personas se suman al proyecto.

“La expectativa en Campo Verde es muy grande, ya que esta zona urbano-rural nunca había tenido acceso a las nuevas tecnologías y menos al internet, pero ahora eso va a cambiar”, comenta orgulloso de sus alumnos.

“En el telecentro nos ayudan a hacer los trabajos; le decimos al joven Jeffrey que nos enseñe más sobre cómo entrar al internet”, cuenta Catherine, una joven estudiante de 16 años. “También hemos creado nuestra cuenta de Facebook”, agrega encantada.

DATO
Habrá 30 telecentros en las regiones San Martín, Ucayali y Huánuco. (Melissa Barrenechea/ Jorge Cerdán)