Cuando la palma aceitera reemplaza a la coca ilegal

El desarrollo alternativo ha promovido el cultivo de la palma aceitera -entre otros como el café y el cacao- en áreas intervenidas, excocales y expastizales, para que contribuya a proteger el suelo y a lograr la captura de carbono.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), viene apoyando desde 1999 a pequeños productores del Pongo de Caynarachi,  en San Martín, a través de la implementación de cultivos de palma aceitera en zonas degradadas por coca, como alternativas de ingresos lícitos, rentables y ambientalmente sostenibles, por lo que actualmente se encuentra en proceso de certificación ambiental siguiendo los criterios e indicadores de la Mesa Redonda para el aceite de Palma Sostenible (RSPO).

En más de una década se han instalado un total de 4,990 hectáreas y actualmente se encuentran en funcionamiento 3,900 has de palma y que ha recibido el apoyo de diferentes fuentes cooperantes como UNODC, USAID, el Gobierno Regional de Loreto y los propios productores de Jarpal.

Se trata de una historia de cooperación que está transformando vidas cuyas cifras más relevantes detallamos a continuación:

Desde 1999 UNODC inició el apoyo a los excocaleros en Caynarachi. En el marco de la política nacional de lucha contra las drogas, esta institución apoyó la siembra de 1,000 has de palma aceitera con la participación de 400 familias (2.5 has por familia) y la instalación de una planta extractora de aceite y palmiste de 6TM/hora/RFF, con el objetivo de dar a los agricultores una alternativa de desarrollo social y económico.

Entre 2005 y 2008 el Gobierno Regional de Loreto apoyó la instalación de 1,500 has con productores que están dentro del mismo ámbito.

Por su parte, la Asociación Jardínes de Palma (Jarpal), con recursos propios, está incrementando gradualmente sus áreas a través de sus asociados y en el mes de abril del presente año estará instalando viveros para 600 hectáreas como se muestra en el cuadro 1.

Jarpal cuenta con 464 asociados agrupados en nueve comités de base en la Región San Martín y seis comités en Loreto.

Asimismo, 175 participantes estarían incrementando sus áreas con el proyecto actual y 118 participantes son nuevos que se integrarán a la organización, fortaleciéndose de esta manera con aproximadamente 582 asociados.

“En realidad estamos contentos, porque se ha mejorado la calidad de vida de más de 450 agricultores con la palma aceitera. Los niños y familias tienen viviendas dignas, acceden a estudios superiores, una mejor salud y mejores vías de comunicación. Nuestra vida cambió”, señala Anahí Dávila, presidenta de la Asociación de Agricultores Jardines de Palma.

En 2012 Diario 16 recorrió el Pongo del Caynarachi conociendo la experiencia de la palma aceitera y dio testimonio de la transformación en la vida de los pequeños productores (ver: http://diario16.pe/noticia/16082-el-milagro-del-aceite)

Actualmente UNODC, en cooperación con USAID, busca consolidar y darle sostenibilidad a la agroindustria de la palma aceitera en el Pongo del Caynarachi. En esta etapa se está apoyando la siembra de 700 has adicionales de palma aceitera, que benefician a 175 participantes de 14 comunidades de los distritos de Caynarachi y Baranquita en San Martín y Yurimaguas en Loreto.

UNODC promueve el modelo agricultor-empresario.  Los asociados de Jarpal han conformado la empresa Industrias de la Palma SA (INDUPALSA) compra dos veces al año la producción total a sus asociados. Entrega utilidades anuales, brinda asistencia técnica gratuita y créditos para ampliación de los cultivos. Desde el inició de sus actividades en 2005, ha registrado ventas por un total  de 16 millones de dólares (16’107,213.00) hasta 2012. Esto significó que en 2011 el ingreso per cápita anual fue de 12,080 dólares para sus asociados.

En la fase industrial Indupalsa, empresa de los pequeños productores, cuenta con una planta extractora de aceite con capacidad para procesar 36,000 TM de RFF/Año, de las cuales el año 2010 procesó 12,601 TM/RFF utilizando solamente el 35% de su capacidad instalada. Para el presente año estaría acopiando cerca de 30,000 TM, alcanzando el 80% de su capacidad.

El cultivo de palma aceitera ha generado problemas ambientales en algunos países donde se han deforestado bosques y contaminado suelos.

Los procesos de certificación ambiental de la palma aceitera en Sudamérica no son recientes. Colombia y Ecuador son los mayores productores de palma aceitera, seguido del Perú que ya ha iniciado el arduo proceso de lograr que este producto agrícola cumpla con los criterios internacionales que demandan un desarrollo sostenible y la minimización de impactos negativos en el medio ambiente.

Cabe destacar que las áreas donde se han instalado y se continúa sembrando con los pequeños productores comprenden áreas ya intervenidas como excocales, expastizales, expijuayales, expapayales, purmas bajas, etc, y están distribuidos en diferentes lugares donde hay un acceso cercano y por consiguiente no existe una alteración del ecosistema.

Además, la palma aceitera contribuye a la captura de carbono: de 15 a 20 toneladas al año frente a un bosque natural que alcanza las 10 toneladas.

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