Continúa el desmantelamiento de unidades policiales

La Divinesp no ha sido la única dirección policial que ha sufrido un virtual desmantelamiento. Otras unidades de gran importancia en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia común están pasando ahora por un similar proceso de irracionalidad desbocada por parte del Comando Policial.

La Dirección de Investigaciones Criminales (Dirincri) también ha sido diezmada en el marco de los cambios de colocación, dispuestos por el general Raúl Salazar. Según indicó una fuente a IDL-R,“quieren enviar al mayor número de policías a comisarías y a prevención. Han desmantelado las divisiones más importantes con ese pretexto”, dijo la fuente.

El año pasado, 2012, la Dirincri tuvo 379 oficiales asignados. Ahora, en 2013, a pesar del aumento de bandas criminales apenas se ha asignado a 263 oficiales.

Una de las divisiones más afectadas ha sido Secuestros. Han sido removidos entre 20 y 30 policías, muchos de ellos altamente calificados. La labor de esta división condujo a la captura, en diciembre pasado, del ‘Viejo Paco’, líder de la banda criminal ‘La Gran familia’. Fue un trabajo policial arduo y complejo, a cargo de oficiales expertos, buena parte de los cuales ha sido removido ahora.

Otras divisiones que han quedado disminuidas en su capacidad operativa son Homicidios y Alta Tecnología. Varios de los oficiales expertos en investigaciones y computación han sido asignados a unidades con sede en provincias (para cumplir con el reglamento policial) y otros al VRAE.

¿El resultado? Los ciberexpertos (algunos muy calificados) estarán tan perdidos en el VRAE como el experimentado comando de fuerzas especiales de selva que se destine a la división de Alta Tecnología.

En otro asalto a la lógica y la razón, la División de Robo de Vehículos (Dirove) que dependía, por razones más que obvias, de la Dirincri ha pasado a ser parte de la Dirección de Tránsito y de la Policía de Carreteras.

En este contexto, las palabras del ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, en su presentación del martes 5 en el Congreso, sobre las acciones del gobierno en materia de seguridad ciudadana, suenan patéticamente vacías.

“Existe voluntad política” para enfrentar la delincuencia común y el crimen organizado. “No ignoramos la demanda en seguridad ciudadana que exige la población (…) este gobierno sí se preocupó por tener una estrategia clara”, dijo Pedraza el lunes pasado en el Pleno del Parlamento.

La “estrategia clara” bajo las órdenes de Salazar, consiste en enfrentar a las organizaciones de narcotráfico y a Sendero, desmantelando la Divinesp; enfrentar a secuestradores y extorsionadores como “La Gran Familia”, diezmando a la División de Secuestros; parar los robos de autos, parqueando a la Dirove, la División contra el Robo de Vehículos, en la Dirección de Tránsito; combatir el aumento de los asesinatos por sicariato, los robos agravados y los ataques de bandas, sacando a más de 100 oficiales (de un total que apenas supera los 350) de la Dirincri.

Se trata de un increíble sabotaje a su propia misión, que el Gobierno debe explicar, pero no antes de corregir.