David César Arosemena Gonzales (29), hijo del “tío Abraham”, conocido traficante de drogas, se había convertido en la cabeza principal de una organización delictiva que reunía como mínimo 400 kilos de cocaína para su comercialización a cárteles extranjeros, según informó a INFOREGIÓN una fuente de la Oficina de Inteligencia del Frente Policial Huallaga.
La operación que dio con la captura del traficante se inició el sábado 26, cuando fuentes de inteligencia dieron cuenta de un traslado de cocaína que se dirigiría desde Cachicoto hacia la localidad de Maravilla, para ser luego enviado a serranía de Huánuco y luego, siguiendo la ruta, transportarla hasta Lima.
Los agentes de inteligencia iniciaron por la tarde la operación encubierta, que los obligó a internarse en el valle del Monzón para efectuar la observación, vigilancia y seguimiento de los traficantes.
Luego, por la noche y contando con el apoyo de efectivos policiales del Departamento Contra el Terrorismo y Antidrogas de Tingo María, interceptaron la camioneta station wagon C1Q-613, en la que viajaban David César Arosemena Gonzáles (29), Fabet Gomer Mejía Ostos (40) y Lincol Campo Bravo (30).
Una vez intervenida la unidad móvil, los agentes realizaron un minucioso registro, logrando hallar tres fusiles de guerra FAL 7.62 mm con el sello del Ejército del Perú, uno de ellos con la serie Nº 70326, un fusil automático Ruger Mini 14 calibre 5.56 x 45 mm. Asimismo, tres cacerinas para FAL con 75 cartuchos, una pistola Taurus calibre 3.80 abastecida con 6 cartuchos, una radio portátil walkie talkie y 27 paquetes tipo ladrillo que contenían en total 28 kilos de alcaloide de cocaína.
De acuerdo a fuentes de inteligencia, el hijo del “Tío Abraham”, David Arosemena Gonzáles, operaba en distintos puntos del valle del Monzón, donde acopiaba droga y luego la trasladaba hasta Maravillas, donde tenía su centro de operaciones.
Tras el acopio y alcanzada la cantidad requerida por las firmas a las que proveía de la droga, todo el cargamento era transportado utilizando caravanas fuertemente armadas de acémilas y sicarios, atravesando un largo camino de herradura hasta llegar a Tantamayo.
“Desde este lugar la droga es subida a camiones con productos agrícolas y en ellos, atravesando distintas localidades a lo largo de la vía, incluyendo Huánuco y las demás ciudades, se lleva hasta Lima para su entrega a los representantes de cárteles extranjeros”, dijo la fuente policial.
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