Ayer se dio inicio oficialmente el año judicial en la Corte Superior de Justicia de Ayacucho (CSJA) con el discurso de orden hecho por el nuevo presidente de esta instancia judicial, Tony Changaray, quien dejó una serie de mensajes que necesariamente hay que resaltar, porque en un escenario donde persiste la nota desaprobatoria -por parte de la ciudadanía- a la justicia y sus instituciones, se requieren pautas claras de trabajo desde la CSJA con objetivos concretos que ayuden a que la población entienda que es posible trabajar por una sociedad justa donde el Poder Judicial haga que la justicia sea oportuna y que en ella no se discrimine a nadie por su condición social, racial y/o económica.
Reza el dicho que justicia que tarda ya no es tal, entonces y poniéndonos a tono con la denominada “inclusión social” promovida por el actual gobierno nacional, hacer que la justicia sea oportuna para los más pobres, es trabajar por incluirlos y que el Estado brinde adecuadamente sus servicios, los que deben tener estándares de calidad y asistencia oportuna. Así se favorecerá al ciudadano andino, rural y altoandino quienes se sentirán atendidos y de esa forma se legitimará cada vez más a las instituciones estatales como el Poder Judicial, gracias a su buen desempeño y por ende los beneficios que genere.
La justicia en el Perú aún tiene una serie de deudas la sociedad, cuya agenda judicial requiere ser abordada con urgencia. Parte de esta agenda, ha indicado el nuevo presidente de la CSJA, será atendida en su gestión y se resume en tres asuntos concretos: el mejoramiento del acceso a la justicia, fortalecimiento de la gestión institucional y la lucha contra la corrupción. Muchos podrán decir que esto es parte de un elaborado discurso, pero no olvidemos que en la esfera pública coexisten la sociedad civil y los medios de comunicación ante quienes ha empeñado su palabra el nuevo presidente de la Corte de Justicia de Ayacucho, y serán estos quienes deberán hacerle recordar de estas promesas para lograr una sociedad equitativa.
Se apuesta por una instancia judicial con mayor celeridad pues los justiciables de Ayacucho ya se cansaron que sus procesos se resuelven después de años de torturante caminar por los vericuetos del palacio de la (in)Justicia.
El nuevo presidente de la CSJA ha indicado que se buscará capacitar al personal y que estos mejoren en atender los casos, pero se debe dar cuenta que un elemento de la lentitud de los proceso es la falta de modernización del Poder Judicial y la forma como administra justicia.
Esperemos que la nueva postergación de la aplicación progresiva del nuevo Código Procesal Penal hasta el 2014 no sea motivo para que la nueva gestión de la CSJA trunque las metas que se ha trazado y no seguir provocando el rechazo y las iras de la ciudadanía.