Asociación Jardines de Palma: un desarrollo progresivo

La Asociación Jardines de Palma es una organización dedicada a la producción de palma aceitera en el Valle de Cainarachi, que se encuentra ubicado en la provincia de Lamas, región San Martín. 13 años después de su fundación, la entidad celebra haber apostado por el desarrollo alternativo a los cultivos ilícitos de coca.

En 1999 llegó el Programa de Desarrollo Alternativo (PDA) de las Naciones Unidas al Valle de Cainarachi, muchos agricultores aún se dedicaban al sembrío de hoja de coca, “un cultivo que daba dinero”, recalca Anaí Dávila Rojas, presidenta de la Asociación de Productores Jardines de Palma.

La propuesta era clara: cambiar el cultivo ilícito de coca por el cultivo alternativo de la palma aceitera. El proceso no iba a ser fácil pero Jardines de Palma asumió el reto, afirma Dávila.

«Jardines de Palma nace de esta iniciativa. Los agricultores todavía no conocían el producto cuando las Naciones Unidas instalaron mil hectáreas. Los capacitaron y aún tenían un poco de dudas sobre el futuro de la empresa que iban a emprender. Nos dieron en aquella oportunidad dos hectáreas y media a cada familia”, recuerda la presidenta.

Los primeros cuatro años fueron complicados. Los agricultores no tenían recursos para sostener sus parcelas ni pagar mano de obra para estas. Pero como en toda historia de emprendimiento, la colaboración fue fundamental.

“Entre agricultores nos ayudábamos formando cadenas de colaboración para mantener las parcelas de todos. Un día trabajábamos en una, otro día en otras y así,  para poder mantener ese cultivo de palma aceitera. Entonces, llegamos al cuarto año y no teníamos a quién vender nuestro producto. Naciones Unidas hizo un compromiso con nosotros para ayudarnos a formar nuestra asociación y gestionar la instalación de una fábrica para producir aceite rojo. Al quinto año recién empezamos a vender nuestro producto como empresa”, señala la presidenta de Jardines de Palma, haciendo un recuento de lo que les ha tocado vivir.

A este proyecto se sumó USAID (y siempre como aliado estratégico a las Naciones Unidas y a Devida). El apoyo de ellos se ha visto reflejado en 700 hectáreas brindadas a Jardines de Palma para la siembra de palma aceitera. A esto se suma el esfuerzo de los agricultores, quienes en su objetivo por dejar de depender de los programas de desarrollo alternativo, desde el 2008 han incrementado progresivamente sus hectáreas con recursos propios y han generado ganancias.

“Con nuestras ganancias instalamos el siguiente año un vivero de 300 hectáreas y en el 2012 uno de 600 hectáreas, que sumadas a las 700 hectáreas de USAID, nos da un total de 1300 hectáreas. Eso es un logro para nosotros”, indicó Dávila, quien precisó que su asociación agrupa a 500 agricultores.

Cabe destacar que el Valle de Cainarachi colinda con Loreto donde el Gobierno Regional ha sembrado mil hectáreas de palma aceitera. Los agricultores loretanos, ante el éxito obtenido por sus vecinos, también se les han unido estratégicamente.

UN MENSAJE DE DESARROLLO
El objetivo de Jardines de Palma, dice Dávila Rioja, es otorgar a los agricultores una situación de vida mejor y a los jóvenes nuevas oportunidades.

“Mi mensaje para los agricultores que todavía no se unen al negocio es invitarlos a la reflexión porque algunos todavía están sembrando coca en lo que es el valle del Shanuce, los invito a dejar este cultivo ilícito para dedicarnos al cultivo alternativo, que es un cultivo  que genera ingresos, que nos ha mejorado nuestra calidad de vida a todos los agricultores que hemos apostado por la palma aceitera”, dijo.

Como se recuerda, hace dos semanas, representantes de diversas organizaciones de empresarios de palma aceitera se reunieron, en la sede de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), para discutir sobre el Plan de Trabajo para la Interpretación Nacional en busca de la certificación ambiental de la palma en base a los lineamientos de la Roundtableon Sustainable Palm Oil (RSPO).

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