Sandy ha sido la tormenta más destructiva de los 108 años de historia del sistema de transporte subterráneo de Nueva York. El agua invadió siete túneles subterráneos bajo el East River, el estrecho que separa Long Island de la isla de Manhattan y el Bronx del continente.
Entretanto, el túnel Brooklyn-Battery, que cruza este estrecho, está inundado de punta a punta, de acuerdo con la Autoridad Metropolitana de Transporte.
Nueva York y su área metropolitana son hoy territorios casi aislados. No hay transporte público, el suministro eléctrico es intermitente y todos los aeropuertos y casi todos los puentes y túneles de la ciudad están cerrados.
Sandy ha dejado destrucción y víctimas mortales a lo largo de su trayectoria desde el Caribe.
En este post, no obstante, nos centramos en su paso por Norteamérica a propósito de un informe publicado por una compañía aseguradora sobre el aumento del clima severo en Norteamérica.
Un informe elaborado por la aseguradora Munich Re, según el cual en ninguna parte del mundo el aumento del número de catástrofes naturales es más evidente que en América del Norte: se ha quintuplicado en las últimas tres décadas. El informe identifica al calentamiento global como uno de los principales culpables de esta tendencia al alza.
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