El piñón ocupa un lugar de privilegio sobre plantas de aceite vegetal

Muchos países, empresas y sectores económicos del mundo reaccionaron con angustia ante la escalada de los precios del petróleo a comienzos del 2001. Los altísimos precios hacían tambalear las economías más fuertes; incluso generaron actitudes expansionistas con el fin de procurar y asegurar la provisión de este producto estratégico.

En esas circunstancias se empezó a discutir la posibilidad de encontrar sustitutos energéticos y alternativas que permitan asegurar una provisión de combustibles independientes de los carburantes fósiles, especialmente en aquellos países que no lo producían, o sus reservas son escasas. Esto dio lugar a una revolución científica tecnológica que encontró en los biocombustibles su mejor alternativa, convirtiendo a la producción de combustible biológico en una posibilidad inmediata, sustentable y rentable.

Es así que surge la posibilidad de emplear aceites vegetales no comestibles para la obtención del biodiesel, e incluso si las plantas de las que se obtienen los mismos pueden ser producidas en regiones marginales -con bajas precipitaciones, en suelos arenosos, salinos o con serias limitaciones- se encuentra ante una situación realmente positiva, ya que se puede obtener altos réditos económicos en áreas o regiones que hoy se encuentran totalmente incultas y cuyos valores están totalmente depreciados.

Es en este contexto donde la Jatropha curcas L., comúnmente llamado piñón, ocupa el lugar de privilegio, al reunir todas las característica agronómicas e industriales, que sin lugar a dudas es una alternativa productiva, sustentable económica social y  ambientalmente para la obtención de biodiesel. Esta planta en su primer año de siembra ya produce un 25% de su potencial máximo, y al año cinco de establecida la plantación se logra el 100% de su potencial, manteniéndose así hasta el año 40 cuando empieza a decaer de manera muy lenta su producción anual.

El aceite se extrae de las semillas de los frutos y es fácilmente transformado a biodiesel, también como subproducto se obtiene el glicerol que es materia prima para elaborar jabones. De la harina que queda como deshecho en la extracción de aceite se pueden elaborar abonos orgánicos o alimentos para ganado vacuno, previo a una destoxificación (la harina o torta de piñón alcanza entre 40 y 60% de proteína cruda).

El contenido de aceite de cada semilla está entre 35% y 37%. Esto significa que pese a tener un menor porcentaje de aceite que la palma, la higuerilla u otras plantas oleaginosas, su resistencia a condiciones inapropiadas para otro cultivo, como por ejemplo su adaptabilidad a terrenos salinos, desérticos, pobres o marginales, de PH extremos, hace de esta planta la ideal para obtener el biodiesel de zonas baldías. Una hectárea de terreno puede producir de 6-8 toneladas métricas de semillas de piñón. La misma extensión sembrada de higuerilla produce de 3-5 toneladas métricas de semillas. Traducida estas cifras a litros de aceite, tendríamos de 2,100 a 2,800 en el caso del piñón, la higuerilla tendría una producción de 1,200 a 2,000 litros por hectárea.

El piñón se adapta fácilmente a zonas entre 0 y 1.300 metros sobre el nivel del mar, y precipitaciones entre 800 a 1.000 mm; este cultivo no debe verse como un sustituto de cultivos alimenticios o industriales; el piñón debe considerarse como un cultivo diversificador  que puede generar importantes ingresos a la familia rural.

La planta es una excelente alternativa en la reforestación de zonas erosionadas, que favorece a los agricultores que se encuentran en regiones en donde sus cultivos han perdido su valor comercial y para aquellas tierras que han devenido en no aptas para los cultivos tradicionales, o inclusive como cultivo alternativo y/o complementario.

Está comprobado que la contaminación del biodiesel es muy mínima y la emisión de CO2 que produce, la pueden reciclar  las  plantaciones de piñón, sin incrementar su acumulación  en el ambiente, como es el caso de los carburante fósiles. Otra ventaja del biodiesel es que es una fuente segura para cada país, que sin muchos problemas podría ser autosuficiente, ya que a diferencia de los combustibles fósiles, ésta es una fuente renovable. Los ésteres de forbol presentes en las variedades tóxicas, son utilizados como bioinsecticidas para controlar ciertas plagas del sorgo y maíz. Por todo lo anterior, Jatropha curcas o piñón es una planta promisoria para su aprovechamiento.

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