Era uno de los mandos más antiguos y principales de SL-VRAE. El cuarto en jerarquía según varias fuentes. Después de “Alipio”, era quizá el más peligroso cuadro militar senderista. Cazador dedicado, su puntería lo había convertido en uno de los más letales francotiradores de SL. En semanas recientes había dirigido varios ataques, sobre todo contra la base de Mazángaro, que tuvieron el luctuoso resultado de varios militares muertos.
Tenía un seudónimo raro para un movimiento profesamente antiyanqui: “William”. También le decían “Gringo” y de vez en cuando “Guillermo”.
Su larga y letal trayectoria terminó ayer a las ocho de la mañana cerca de una choza en los alrededores de Nuevo Horizonte, en el distrito de Llochegua. El emboscador, el experto en celadas, el francotirador agazapado fue finalmente emboscado por un grupo selecto de policías, al término de una larga operación de inteligencia que culminó en un corto pero muy violento tiroteo.
“William”, a quien los ministros del Interior y de Defensa llamaron Rolando Cabezas Figueroa en la conferencia de prensa conjunta que dieron ayer al mediodía en Palacio, pero cuya real identidad está aún en duda (entró como “NN” a la morgue de Lima ayer por la tarde), señaló con su muerte lo que él menos hubiera querido hacer: el momento en el que, por primera vez desde el inicio de las operaciones contrainsurgentes en el VRAE, en 2008, las fuerzas de seguridad se anotan el primer y más rotundo éxito operativo contra Sendero en el VRAE, la caída del cuarto dirigente en orden de importancia en la organización de los hermanos Quispe Palomino.
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