El saneamiento, desatendido durante mucho tiempo en el sector, requiere urgente atención para atender las necesidades de 2.500 millones de personas sin acceso.
Aunque los alimentos y el agua encabezan la lista de elementos esenciales para la salud y el desarrollo humano, aproximadamente 1.000 millones de personas pasaron hambre en 2011, y casi la misma cantidad aún carece de acceso a fuentes mejoradas de agua.
La oportunidad de explorar la relación entre estos dos elementos esenciales está atrayendo a miles de académicos y profesionales de los sectores del agua y los alimentos a Estocolmo para la Semana Mundial del Agua. Este año, la conferencia anual, que tendrá lugar del 26 al 31 de agosto, se centrará en “El agua y la seguridad alimentaria”.
El acceso a los alimentos y a agua limpia y segura es esencial para todos los aspectos de la vida humana, como la agricultura, la educación, la energía, la salud, y muchos otros. Sin embargo, otro problema urgente que recibe menos atención, pero es igualmente crítico, es el de saneamiento.
Se considera que el saneamiento, un medio fundamental para prevenir las enfermedades y mejorar la calidad de vida, ha sido desatendido durante mucho tiempo en el sector. Desde 2002, cuando se incorporó el saneamiento a los objetivos de desarrollo del milenio (ODM), las actividades y los profesionales del sector aumentaron la conciencia mundial acerca del papel que desempeña en la mejora de la salud y el bienestar humano.
“La cuestión del saneamiento está relacionada con la salud, pero también con los derechos humanos”, dijo Eddy Pérez, especialista principal en Saneamiento del Programa de Agua y Saneamiento (WSP por sus siglas en inglés) del Banco Mundial. “Son las personas más pobres las que no tienen acceso básico, lo que contribuye a mantenerlas en la pobreza”.
Se estima que 1,7 millones de personas mueren cada año por la contaminación del agua, la falta de saneamiento y las prácticas antihigiénicas. Aproximadamente el 90% de esas muertes corresponden a niños menores de 5 años. Las mejoras en el saneamiento y el acceso a agua potable podrían reducir las enfermedades diarreicas en casi un 90%. El costo económico de la falta de saneamiento es igualmente impresionante (i), alcanzando el 7% del producto interno bruto (PIB) en algunos países. Y aunque ha recibido más atención en los últimos años, todavía es necesario aprender más sobre los métodos más eficaces y los modelos de prestación de servicios a escala.
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