Aunque no lo dijo, las palabras del presidente Ollanta Humala reconocieron de manera tácita que en el Perú el flagelo de las drogas es un problema mayúsculo. Tanto es así que durante la inauguración de la Conferencia Internacional de Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de Organismos Nacionales Especializados contra el problema mundial de las Drogas – Canzar Perú 2012, reveló que cada año el gobierno destina US$ 250 millones para combatirlas, pero con poco éxito.
Por ello, ante los representantes de 61 países y 10 organismos internacionales, el mandatario peruano planteó que se deben buscar «nuevos enfoques» para combatir ese ilícito que «acecha a nuestros hijos, a nuestras familias y a todo su entorno», pues nadie en ningun país puede sentirse libre de esa amenaza.
«Necesitamos diseñar políticas con una visión multisectorial. No debemos pensar que solo con leyes duras (ese problema) va a desaparecer», aseveró.
Según Humala, lo que debe hacerse es trabajar, desde la salud, en la recuperación de los drogodependientes y la prevención del consumo en las familias y en las escuelas; aunque resaltó que también existen otras tareas que implican el desarrollo alternativo para productores de cultivos de hoja de coca ilegal y la búsqueda de mercados para que puedan vender sus productos (como el cacao, el café y la stevia).
En ese sentido, el presidente anunció que promoverán las experiencias exitosas de las regiones San Martín y Ucayali, pero también que ayudarán a los campesinos con créditos baratos.
En su breve disertación, Humala también hizo una reflexión y reconoció que la separación entre países consumidores y productores al final «no nos ha llevado al éxito en la lucha contra las drogas».
Por eso, agregó, tenemos que ver ahora a todos los países como un conjunto para buscar un mayor intercambio en la información sobre la materia, fortaleciendo la asistencia técnica y las medidas de prevención, así como compartiendo avances ya logrados.
«Estoy seguro de que al término de estos dos días arribaremos a documentos consensuados y políticas compartidas, y podamos de esa manera marcar un hito en el avance de la lucha contra las drogas», acotó minutos antes de tomarse la foto oficial del evento.
Por esclarecer
Luego de ello, la presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional de Desarrollo y Vida sin Drogas-Devida, Carmen Masías Claux, apareció ante la prensa, pero no quiso responder sobre el convenio suscrito entre el Estado peruano y Peruvian Airlines, pese a que esta es investigada por lavado de dinero proveniente del narcotráfico.
«No la he leído (la denuncia). Pregúntenme sobre la conferencia», se excusó Masías.
Ya en horas de la tarde, el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE), a través de un comunicado, explicó que dicho Convenio Marco, denominado «Servicio de Emisión de Boletos Electrónicos para Transporte Aéreo Nacional de Pasajeros», es una herramienta de uso opcional y no obligatorio. Es decir, que los boletos se pueden adquirir a través del Convenio Marco o en una agencia de viajes cualquiera.
También señalaron que ese acuerdo entró en vigencia el 21 de mayo, es decir, hace más de un mes, después de haber sido convocado el 22 de agosto del 2011 mediante invitación pública a todas las aerolíneas del mercado nacional, y otorgada la buena pro el 17 de abril.
Metas trazadas
Durante su exposición –cuyos detalles pueden verse en la página oficial de Canzar Perú 2012–, Masías hizo un recuento del contexto mundial del flagelo de las drogas e indicó que existe un incremento en la producción, fabricación y tráfico de esos ilícitos que mueven unos 870 millones de dólares anuales, de los cuales solo un 1% es incautado o inmovilizado.
En opinión de la jefa de Devida, para enfrentar ese problema se deben consolidar esfuerzos conjuntos en los planos nacional, regional e internacional para que se cumpla lo acordado en el Plan de Acción y Declaración Política del 2009 de UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime): que para el año 2019 los estados eliminen o reduzcan considerablemente los cultivos ilícitos de adormidera, de arbusto de coca y planta de cannabis.
Esto además de eliminar o reducir la demanda ilícita de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, la desviación y el tráfico ilícito de precursores y el blanqueo de dinero relacionado con las drogas ilícitas.
«Lograrlo no es imposible –detalló Masías–, y desde Perú se considera posible, siempre y cuando se fortalezca aún más la cooperacion internacional, mediante el apoyo y la asistencia mutua, para impedir el usufructo de los activos ilícitos producto del tráfico de drogas; controlando la producción y abuso de sustancias psicoactivas nuevas y emergentes, entre otros aspectos como el luchar contra la corrupción».
Justamente para analizar los avances de la estrategia peruana en la lucha contra las drogas, el presidente del Consejo de Ministros, Óscar Valdés, y el subsecretario de Asuntos Antinarcóticos y Cumplimiento de la Ley a Nivel Internacional de Estados Unidos, William R. Brownfield, se reunieron en la sede de la PCM.
También participaron en la cita la embajadora estadounidense en Lima, Rose M. Likins, y el director de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos de dicha sede diplomática, Jeffrey M. Hovenier.
Como se sabe, Estados Unidos es el principal país cooperante que tiene el Estado peruano en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas y su apoyo ha sido renovado para aplicar la Estrategia de Lucha contra las Drogas 2012-2016, iniciada por el gobierno en mayo.
Aunque el director ejecutivo para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión Europea (UE), Christian Leffler, ofreció ayer una postura consensuada en la lucha contra las drogas para reducir la producción y el consumo.
«Para nosotros es muy claro que se trata de una responsabilidad compartida y debemos trabajar juntos en la reducción del consumo y de la producción, y todo lo que es el tráfico y los peligros que implica ese comercio ilícito», declaró a una agencia de noticias.
¿Legalizar?
En la cita de cancilleres que culmina hoy, y en la que los temas oficiales a tratar son la reducción de la demanda y la oferta, así como el enfoque sobre el desarrollo alternativo de otros productos, también se conversará sobre la legalización de las drogas si algún país lo plantea.
Pero todo indica que más de un país pedirá, más bien, poner en debate la eficacia o no de la guerra antidrogas. Desde el 2009, tres ex presidentes –Fernando Henrique Cardoso de Brasil, Ernesto Zedillo de México y César Gaviria de Colombia– emitieron una declaración conjunta en apoyo de la descriminalización de la marihuana. Otro ex presidente mexicano, Vicente Fox, hizo una propuesta aún más osada: la legalización de todas.
Pero no solo son ex mandatarios. A principios de este año, el presidente en funciones Otto Pérez Molina, de Guatemala, demandó públicamente que se estudie la posibilidad de una legalización de las drogas.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, no la descartó cuando dijo que era necesario un «debate serio». Menos aún, la secretaria general de la Unasur, la colombiana María Emma Mejía, quien afirmó que se necesitaban pronto «nuevas ideas».
Ahora, solo falta saber a qué acuerdos y conclusiones arribaron tras la Cumbre, pero eso se sabrá cuando suscriban hoy la Declaración de Lima.
Una cruda realidad
El contexto en el que se desarrolla esta cumbre no es nada favorable: existe un aumento en la distribución y consumo de drogas ilícitas, además de evidenciarse un alza en los índices de violencia criminal influenciada por el narcotráfico.
Además, el uso de «éxtasis» y estimulantes de tipo anfetamínico se ha incrementado sobre todo en América del Sur; aunque también en Europa y Asia.
El Perú ha aprobado una nueva Estrategia Nacional 2012-2016 que espera reducir drástica y sosteniblemente el tráfico ilícito y el consumo, y sus negativos efectos sociales, políticos, económicos, culturales y ambientales, incorporando a los productores de cultivos ilegales a la economía lícita.
En cifras
– 230 mil personas mueren cada año por causas asociadas al consumo de drogas.
– 61 mil hectáreas, casi la mitad de coca mundial, están concentradas en territorio peruano.
– 210 millones de personas consumen algún tipo de droga en el mundo.
El país anfitrión es el primer productor de coca y exportador de cocaína
Desde el 2005, la extensión de los cultivos de coca ha crecido en forma permanente de cuatro a cinco por ciento, pasando su superficie de cocales de 53 mil 700 a 56 mil hectáreas, el 2009, y desde el año pasado, las 61 mil hectáreas, convirtiéndose en el primer productor de coca.
Los principales centros de producción son el Huallaga y el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (Vrae), este último con 16 mil hectáreas, consideradas de gran densidad de cocales.
Al ser el mayor productor de coca, el Perú también estaría produciendo alrededor de 325 toneladas de cocaína anualmente, de las cuales solo se incautarían un diez por ciento.
Según la DEA y las autoridades antidrogas peruanas, la mayoría de la cocaína peruana se destina a Europa, Asia y Australia, a través de países como Bolivia y Brasil o por la costa si tiene destino final México y los Estados Unidos.
De acuerdo con la versión oficial el incremento de la coca se debe principalmente al control que Sendero Luminoso ejerce sobre el 45% de los cultivos de coca y a la presencia cada vez más notable de los carteles mexicanos. Pero también se explica por el llamado «efecto globo».
En Colombia, el vecino país del norte, la superficie de cocales se ha ido reducido desde el 2008 a un 20 por ciento, según cifras del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la ONU (SIMCI).
Los Grupos Móviles de Erradicación que trabajan conjuntamente con el Ejército y la Policía colombianos dentro del llamado Plan Colombia lograron reducir de 99 mil a 80 mil 953 hectáreas ese año, para pasar de 163,000 hectáreas de cultivos ilícitos a menos de 70 mil. La agresiva erradicación emprendida por las autoridades de ese país ha provocado el desplazamiento de cocales de Colombia hacia nuestro país.
Un efecto similar se dio en 1995, pero esa vez fue hacia Colombia, luego de que las autoridades peruanas con apoyo del gobierno estadounidense quebraran el puente aéreo entre ambos países.