Hace ya algunos meses, llegue a los 50 (“sin cuenta”), es decir, ya no hay mas cuenta, en lo que se refiere a años. Y como una gran conclusión de las cosas más importantes que he hecho en mi vida, hasta este momento, es ser parte de quienes hemos creado un parque. Un gran parque llamado “Tierra de Sueños”.
Que en América, pasaría a ser el primer parque comunal, es decir, que una comunidad organizada lo designa parque. Ubicado en el sector de Capitán Chico, en el pueblo de pescadores de nombre Santa Rosa de Agua de Maracaibo, al Oeste de Venezuela. Enclave de la comunidad indígena Añu o Paraujana ( la segunda población indígena mas importante de la nación).
Allí, dentro del parque, diseñamos un sendero de interpretación con sus respectivas paradas o estaciones para reconocer la flora y fauna del más espectacular bosque de manglar rojo que existe en el país.
También construimos pequeños puentes con madera reciclada, para facilitar el acceso a los niños visitantes, y con el apoyo de jóvenes ingenieros hemos sido testigos de la construcción, sobre el gran humedal, del puente de madera mas largo de Venezuela. En fin, muchas emociones que brotan y retumban en nuestro ser, han salido de esas 130 hectáreas de manglar.
Pero el mayor tesoro de esta experiencia, es la oportunidad que la vida te da, al conocer gente esplendida, bondadosa, llenas de fe, que han hecho posible el avance de esta iniciativa.
Descubrí, o como dice mi mama: me toco a mí, el “afecto Añu” de niños y adultos, que solo se logra si los respetas como persona, escuchas sinceramente sus opiniones, entiendes su sabiduría, los involucras en la visión de lo que se requiere y con el ejemplo y perseverancia, muestras que si es posible transformar un área baldía que se había convertido en un botadero de basura soterrada, en el majestuoso parque que es hoy.
Desde las primeras reflexiones, tres familias se han involucrado en cuerpo y alma en esta obra: los Ortega, que son casi el 70% de todo el pueblo de Santa Rosa de Agua, los Andrade, quienes originariamente vienen de alguna parte del Caribe y los Almarza, que al igual que los Ortega, son descendientes directos de los Paraujanos o Añu.
La familia Almarza es la más corta: el señor Dagly, que es a su vez mama y papa de sus dos pequeños hijos (Omar de 11 y Otilia de 10 años). Todos ellos tienen marcadamente el fenotipo Añu.
Desde el inicio, el señor Dagly aceptó ser el Guardaparque de “Tierra de Sueños”, porque èl conocía muy bien esos humedales ya que vivió con su familia dentro de ese bosque por muchos años. Realmente es su bosque también.
Tengo la presunción que el parque “Tierra de Sueños” nos ha adoptado y en mi caso particular, en retribución a ese gesto, he decidido adoptar a parte de los hijos de ese bosque, a Omar y a Otilia Almarza y como su papa no puede vivir sin ellos, entonces adopto a los tres y problema resuelto. Ahora mi familia tiene 3 nuevos miembros.