Intercambian en Bolivia experiencias sobre desarrollo alternativo

Representantes de los gobiernos y de la sociedad civil de la Comunidad Andina se reúnen en Bolivia, con el fin de intercambiar experiencias en desarrollo alternativo a la hoja de coca como parte de las actividades del Programa Antidrogas Ilícitas del bloque andino.

El representante de la Dirección de Asuntos Técnicos de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), José Isla, destacó que en el Perú, unas 80 mil familias han dejado de cultivar hoja de coca en la última década y han entrado a una economía lícita.

Lo cual demuestra la predisposición de la población residente en zonas cocaleras, donde se concentran los programas de cultivo alternativo, de dejar la actividad ilícita e insertarse en el mercado productivo, señaló.

“Esas familias han dejaron de huir de la Ley y ahora cuentan con nuevas oportunidades de desarrollo, en educación y actividades laborales y económicas; exportando café, cacao, palma aceiteras y el palmito”, expresó.

Asimismo, el director general del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal) de Bolivia, Erlan Oropeza, explicó que gracias a la concertación entre el gobierno y los productores de la hoja de coca, los programas de desarrollo integral en su país han beneficiado hasta el momento a más de 200 mil familias.

Por su parte, Alejandro Lema, del Programa contra Cultivos Ilícitos de Colombia se refirió a la experiencia de Santa Marta, donde desde el 2003 se han implementado más de 50 proyectos productivos en beneficio de 1,700 familias, que dejaron de cultivar hoja de coca.

El especialista en desarrollo alternativo del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) de Ecuador, Iván Enríquez, señaló que en su país se desarrollan proyectos rentables y sostenibles en zonas de frontera y del interior del país para alejar a la población en riesgo de estas actividades.

El encuentro, que se inició este lunes 7 y concluirá el viernes 11, tiene como objetivo facilitar el diálogo entre los gobiernos y la sociedad civil sobre el problema de las drogas nivel andino y conocer las experiencias de las comunidades beneficiarias con los programas de desarrollo alternativo, integral, sostenible y preventivo.