Los hermanos Quispe Palomino operan en el VRAE y sus alrededores con columnas móviles de unas 20 personas. Como boas que reptan en la selva, aprendieron a clavar los colmillos y retirarse, imposiblemente escurridizos.
En ese esquema de emboscadas sorpresa y derribo de helicópteros, dependen poderosamente de una intrincada red de informantes entre los pobladores, financiada con los billetes del narcotráfico.
Es un oscuro arte el de la infiltración. Bien lo sabe ‘Raúl’. Aunque su hermano ‘Gabriel’ sea el que más atención mediática ha recibido después del secuestro de contratistas de Camisea y su insólita conferencia de prensa (CARETAS 2228), sobre los hombros del otro descansa en buena medida la persistencia del negocio.
‘Raúl’ fue un infiltrado que llegó al corazón de las fuerzas de seguridad y se quedó allí durante varios meses. Su sangre era tan fría que le alcanzó para rasgar la guitarra con ellos. Les entregó la cabeza de su jefe para hacerles creer que era su informante estrella. Con su traición se libró de su enemigo. Y luego de morder se volvió a hundir en la espesura de la selva.
‘Raúl’ fue detenido en una casa de Pailán, en Huancayo, que estaba siendo vigilada por la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), el 27 de junio de 1999.
El general EP (r) Eduardo Fournier, en su libro “Feliciano: captura de un Senderista Rojo”, sostiene que era el cuarto en la línea de comando de la organización de ‘Feliciano’ y que había llegado a ese inmueble para comunicarse por radio con él.
“Raúl no tenía dientes en la mandíbula superior”, recuerda Fournier. “Cuando hablaba se le notaba los caninos a ambos lados, dejando un impresionante vacío que al hablar denotaba expresiones vampirescas”.
‘Raúl’ se convirtió en informante.
El 29 de junio de 1999, relata Fournier, entró por primera vez en contacto radial con ‘Feliciano’. El diálogo que se produjo habría sido el siguiente:
–Profesor, profesor… por esta Roma –dijo ‘Raúl’, aparentemente en clave.
–¿Por qué no llamaste carajo? ¿No tenías radio? –preguntó ‘Feliciano’.
“Es el ‘Cojo’”, exclamó ‘Raúl’, tapando con una mano la radio Yaesu. “Es él”.
‘Feliciano’ cayó el 14 de julio de 1999 en Huancayo y el SIN reconoció a ‘Raúl’ como su “informante estrella”. Así, el terrorista tuvo acceso total a las principales unidades de inteligencia de la Policía, las FF.AA y el SIN.
Vistió el uniforme del Ejército, se jaraneó con los generales del SIN y hasta jugó fulbito con militares y policías.
Nadie supo detectar al topo hasta que se produjo el desastre de Anapati.
DOBLE AGENTE
“Todos se dejaron seducir por ‘Raúl’”, reconoce un alto oficial de la Policía. “No hubo un buen análisis psicológico con él. Y al final engañó a todos”.
‘Raúl’ le hizo creer a Fournier y al SIN que podía lograr la rendición de su hermano ‘José’, del camarada ‘Alipio’ y de toda la facción terrorista del VRAE.
El SIN aceptó dejarlo ir a la selva de Satipo, en Junín. Informantes de la Policía sostienen que ‘Raúl’ llegó donde ‘José’ y le propuso emboscar a los militares. Su hermano aceptó, pese a la desconfianza inicial de ‘Alipio’ y dejó que ‘Raúl’ regrese a Las Palmas, en Chorrillos.
El sábado 2 de setiembre, un helicóptero MI-17 del SIN, con 30 militares a bordo, partió rumbo a una zona del río Anapati, afluente del río Ene, en Satipo. Versiones militares indican que, desde el aire, los militares vieron a una numerosa columna formada y lista para entregarse, lo que habría significado un golazo.
Pero el terreno estaba minado y cuando el helicóptero tocó tierra se produjo una fuerte explosión. Cinco oficiales, entre ellos un coronel del Ejército, murieron en el acto, mientras Fournier y otros militares cayeron heridos en el río. En el helicóptero viajaba ‘Alcides’ y una senderista llamada ‘Angélica’. Ambos sobrevivieron al atentado, pero fueron ejecutados por traidores. ‘Raúl’ escapó y se llevó el armamento pesado del SIN. Su prontuario se prolonga hasta hoy, con bárbaros ataques como el de Tayacaja en Huancavelica, en 2008, donde perdieron la vida 12 soldados y dos civiles (CARETAS 2049) y Sinaycocha, Junín, al año siguiente, con el saldo de tres FAP y dos sargentos EP muertos. Los militares asesinados suman 90 en tres años.
“ESTUDIOSO, CAUTO, HÁBIL”
‘Raúl’ es el mayor de 9 hermanos oriundos de la localidad de Humaru, un poblado cerca de Cangallo, en Ayacucho. Sus padres pertenecieron a la Base No 33 del Comité Zonal de Sendero Luminoso en Ayacucho, y fueron ellos quienes involucraron a todos sus hijos en el partido.
El clan siempre llevó en la frente el estigma de los rechazados y renegados.
Víctor Quispe Palomino, que es el verdadero nombre de ‘José’, fue capturado en 1985 junto con Sybila Arredondo y Tito Valle Travesaño. Los arrestos fueron entonces muy comentados por la presencia de la viuda chilena de Arguedas.
Elena Iparraguirre, la esposa de Abimael Guzmán, hizo mofa de los deficientes conocimientos de maoísmo del camarada ‘José’, quien por ello no habría logrado ingresar a la dirección central del partido (CARETAS 2095).
‘Rául’ tiene secundaria completa, pero trabajaba como profesor en un centro educativo de Humaru. ‘José’ estudió dos ciclos de Antropología en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, pero analistas de inteligencia policial coinciden en señalar que ‘Raúl’ es mucho más “estudioso, cauto y hábil”. ‘José’ es parco, retraído y escribe mal; ‘Gabriel’ es ambicioso y arrogante.
‘Raúl’ es el que se encarga del adoctrinamiento de los nuevos militantes y corrige los volantes y documentos internos. Es el No 3 de la organización, detrás de su hermano ‘José’ y de ‘Alipio’, pero en la práctica es el ‘cerebro’ del grupo y el artífice de los atentados, de acuerdo a informes policiales.
Es también el que controla el negocio del narcotráfico. Diversos informantes policiales señalan que dirige a un contingente de 30 terroristas que transportan droga desde Bidón hasta el río Marcavalle, en Junín, donde entregan los cargamentos a los narcotraficantes. Los terroristas también producen pasta básica de cocaína, pero les resulta más lucrativo transportar la coca y cobrarles a los narcos, a los que ven como “empresarios” que pertenecen a un “sistema” y que deben pagar cupos.
La semana pasada, la Policía intervino a 14 presuntos testaferros de los hermanos Quispe Palomino en Ica. Les incautaron 35 inmuebles, 104 vehículos, así como empresas ladrilleras, gasolineras y automotrices por US$ 100 millones. También congelaron 26 cuentas relacionadas a los terroristas del VRAE.
PALABRA DE ARTEMIO
La Policía atribuye el “éxito” de los hermanos Quispe Palomino a dos factores: el conocimiento que ellos tienen de las FFAA y policiales, gracias a ‘Raúl’, y el dedicado cultivo de la traición para librarse de los enemigos.
Con ‘Feliciano’ fuera del juego solo quedaba ‘Artemio’ en el Huallaga, de quien también querrían deshacerse años después.
En mayo de 2010, según informes de inteligencia policial, ‘Raúl’ envió a una columna armada, bajo el mando del camarada ‘Roberto’, a Santa Rosa de Mishollo, en Tocache, para asesinar a ‘Artemio’. Éste se enteró y formó un pelotón con su lugarteniente ‘Izula’ para enfrentarlos. El choque no se produjo debido a que un equipo de la Dirandro intervino a ‘Roberto’ antes de que ejecutara el plan.
En un reciente interrogatorio ante la fiscal Maritza Barreto Rivera, ‘Artemio’ declaró sobre ellos: “Son un grupo de renegados mercenarios que trafican con el nombre del Partido Comunista del Perú y con la ideología comunista. Es un grupo antijefatura, antimaoísta, antipensamiento Gonzalo, antiguerra popular, antirevolción”.
Según ‘Artemio’, los Quispe Palomino “sostienen que la postura del doctor Guzmán (luchar por una solución política a los problemas derivados de la guerra, amnistía general y reconciliación nacional) es una posición de cobardía, capitulación y traición. Ellos dicen que están por proseguir la guerra popular y que nosotros nos hacemos merecedores de la muerte por traidores y cobardes”.
EL FUTURO
Mucho se ha dicho y escrito en las últimas semanas sobre la naturaleza políticamente degradada de los remanentes senderistas en el VRAE. Algunos analistas insisten en despojarlos de todo eco ideológico para dejarlos como un cascarón del narcotráfico que les cobra peaje a los inversionistas que operan en una zona sin Estado.
Pero es también cierto que los hermanos Quispe Palomino representan un particular y perturbador linaje. Son la terrible caricatura de un sanguinario grupo que ya le rendía culto a la muerte. “Gabriel” celebra una conferencia de prensa donde parte del bárbaro decorado son las ropas ensangrentadas de los efectivos de las Fuerzas del Orden asesinados. El delincuente narra con saña los detalles de las ejecuciones.
El tono victorioso del presidente Ollanta Humala se ha vuelto contra el gobierno.
A las progresivas revelaciones sobre los detalles de la liberación se sumaron la denuncia de CARETAS sobre los chalecos antibalas incompletos repartidos en el VRAE (ver más) y las publicaciones en torno a la investigación que la Contraloría realizó acerca de la compra de raciones en mal estado consumidas por los efectivos apostados en la zona.
Todo ha contribuido a poner un gran signo de interrogación sobre la estrategia militar en un escenario de operaciones que ya era bastante complicado.
Al revés de lo que ocurre en el VRAE, en el caso de ‘Artemio’ la Policía tejió pacientemente una red de informantes apoyada por tecnología de punta que llegó a involucrar a los más cercanos colaboradores del terrorista capturado (CARETAS 2219).
En una nueva muestra de descoordinación entre la Policía y el Comando Conjunto, el equipo que cazó a ‘Artemio’ ofreció sus servicios para colaborar en el VRAE y sus miembros se han quedado sentados esperando, sin respuesta alguna.
Como consecuencia del secuestro de Camisea, se implementarán bases militares en Kepashiato, Luveni y Vilcabamba, y bases militares también en Kepashiato, Laguna y Puqiura.
Nada más urgente, sin embargo, que un fino trabajo de Inteligencia que devuelva el golpe que asestó Raúl. Si eso no ocurre, seguirá confundido en sus parajes, con la retorcida sonrisa de caninos expuestos en las pesadillas del general Fournier.