Conferencia Episcopal Boliviana presenta documento a favor del medioambiente

La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) de la Iglesia católica presentó ayer su carta pastoral sobre medioambiente y desarrollo humano en Bolivia, denominada “El universo, don de Dios para la vida, que clama por una alianza para salvaguardar la naturaleza”.

El documento, que fue presentado ayer por monseñor Jesús Pérez, vicepresidente de la CEB; monseñor Jesús Juárez, obispo de El Alto; monseñor Óscar Aparicio, secretario de la CEB, y Juan Carlos Núñez, director de la fundación Jubileo, hace una lectura crítica de la realidad nacional y mundial en el tema medioambiental y no se ahorra reproches al consumismo, a la deforestación, a la depredación de los recursos naturales y a la contaminación.

«La crisis ecológica está preocupando cada vez más a los bolivianos, particularmente a las comunidades indígenas, así como a amplios sectores de la población. El hábitat de nuestra vida sufre daños a veces irreparables por la contaminación ambiental, la explotación indiscriminada de minerales e hidrocarburos, el uso desmesurado de pesticidas y fertilizantes, los chaqueos, incendios descontrolados y por las plantaciones excedentarias de coca», señala la carta pastoral.

Los obispos advirtieron sobre los efectos del cambio climático y los impactos en las poblaciones más empobrecidas, después de haber recogido testimonios, vivencias y reflexiones en poblaciones de diversas regiones del país.

Según los obispos, la carta pastoral es una invocación para cambios del estilo de vida y para asumir acciones concretas de preservación, entre ellas el cuidado de la tierra, del agua y del aire, así como evitar el consumo de elementos nocivos que aportan al calentamiento global, entre ellos el uso de plásticos, desechables y de otros contaminantes. “Nos preocupa profundamente esta situación de vulnerabilidad que amenaza las fuentes de nuestra alimentación”, apunta el texto.

El documento subraya que la Iglesia no cree en anuncios “sensacionalistas y apocalípticos” de un fin catastrófico de nuestro mundo. “Más bien anunciamos a Dios que ha dado a su Hijo para salvar a toda la creación y llevarla a la plenitud de la vida”.

En el escrito se hace referencia a otras dos cartas pastorales anteriores (Tierra, madre fecunda para todos y Del agua), en las que, hace ya 10 años, se resaltó que la tierra es un bien universal que debe beneficiar a todos. (Información de eldeber.com.bo)