‘Bica’ y ‘René’, los agentes que sembraron al topo para lograr la captura de Artemio

Los experimentados mayores de la PNP, integrantes de la División de Investigaciones Especiales (Dinesp), Walter Lozano Pajuelo, «Bica», y Harvey Colchado Huamaní, «René», participaron en el diseño y la ejecución de la operación de inteligencia que concluyó con la ubicación y captura de Florindo Flores Hala. 

Toda imagen oculta un mensaje secreto. En la foto oficial en la que aparece el mandatario Ollanta Humala frente al encamillado Florindo Flores, lo acompañan dos militares y dos policías. El que está junto al jefe del Estado, con un chaleco, es el agente «Bica», y le sigue otro con camiseta negra. Es el agente «René». Pocos saben quiénes son «Bica» y «René». Ellos son los autores del arresto del líder senderista «Artemio». «Bica» es el mayor PNP Walter Lozano Pajuelo y «René» el mayor PNP Harvey Colchado Huamaní, ambos agentes de la División de Investigaciones Especiales (Divinesp), de la policía antinarcóticos.

El capítulo final de la historia criminal de «Artemio», escrita durante treinta años con episodios de violencia, cocaína y muerte, empezó exactamente el domingo ocho de enero de este año. Ese día, en el poblado de Cuñumbuza, en los alrededores de Juanjuí, provincia de Mariscal Cáceres, región San Martín, «Bica» y «René» atraparon a Marino Tapullima Tapullima, camarada «Dante».

Aproximadamente en noviembre del 2011, un informante que pertenecía al entorno de «Artemio» ofreció sus servicios a la Divinesp a cambio de una parte de los cinco millones de dólares que ofrecía el gobierno de los Estados Unidos. El senderista afirmó que era amigo de «Dante» y que estaba en condiciones de trabajar para la policía, por supuesto, por dinero.

Después de verificar que el informante entraba y salía del círculo de «Artemio» –los policías hicieron un seguimiento de su teléfono móvil mediante el sistema «Constellation»–, le encomendaron «quebrar» a «Dante». Es decir, convencerlo para que se convirtiera en un «topo» de la Divinesp.

FABRICANDO AL «TOPO»

Durante varias semanas se hizo el intento, pero «Dante» se resistió y al final se echó para atrás. «Bica» y «René» temían que «Artemio» descubriera el operativo y torturara, asesinara y despedazara al enlace de «Dante», como ocurrió con otro infiltrado de la policía en el 2007.

Es así que resolvieron dar un golpe audaz: detuvieron a «Dante», el intermediario entre «Artemio» y el infiltrado.

La idea de los agentes era que «Artemio», como ya le quedaba poca gente de confianza, reemplazara a «Dante» con el informante. Para suerte de «Bica» y «René», efectivamente, el«topo» se convirtió en miembro de la seguridad de Florindo Flores sin sospechar que encarnaba el final de su historia como jefe terrorista.

«Bica» y «René» recibieron la orden de sus mandos que cuando el «topo» tuviera la primera oportunidad, eliminaría a «Artemio». Se proyectó que el ataque lo consumaría en Santa Rosa de Mishollo. Pero se adelantó, por razones que de momento se desconocen. El «topo» disparó con una escopeta al líder senderista cuando dormía en las cercanías de este pueblo, pero este se percató de su intención y con una mano desvió el cañón del arma. «Artemio» por eso tiene un forado en la palma derecha y el cuerpo salpicado de perdigones.

El «topo» huyó y se comunicó varias horas después con los agentes de la Divinesp para indicar dónde se había producido el atentado. Al llegar al lugar, «Bica» y «René» no encontraron a nadie, pero detectaron las huellas de sangre que eran la evidencia de que el «topo» había cumplido con su tarea. Faltaba comprobar si había matado o herido al cabecilla.

Los agentes de la Divinesp siguieron hasta Santa Rosa de Mishollo, donde los enfermeros de la posta médica les dijeron que habían atendido a «Artemio». «Bica» y «René» comprendieron que la patrulla policial era insuficiente; así que luego de coordinar con sus superiores, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dispuso una vasta operación en busca de Florindo Flores.

Fue una patrulla del Ejército la que lo ubicó, pero la captura era el resultado del trabajo de todos los agentes que forman parte de la Divinesp que arrancó en el 2007.

Ese año, el director de la Policía Nacional, general PNP Miguel Hidalgo Medina, encomendó al entonces coronel PNP Carlos Morán Soto la constitución de un equipo dedicado exclusivamente a la búsqueda de «Artemio». Entre los agentes que reclutó se encontraban el huanuqueño Walter Lozano Pajuelo, «Bica», y Herbert Colchado Huamaní, «René». Ambos tenían amplia experiencia en la lucha antiterrorista.

Lozano, nacido el 22 de diciembre de 1971, es miembro de la Promoción Los Justicieros 1994; y Colchado, nacido el 11 de abril de 1974, pertenece a la  Promoción Los Amautas 1998.

EXPERIENCIA POLICIAL

En el caso de Lozano, el agente «Bica», el 19 de febrero del 2006 participó en la ubicación y muerte del brazo derecho de «Artemio», el temible «Clay», Héctor Aponte Sinarahua. La pérdida de «Clay» fue significativa para el jefe del Comité Regional del Huallaga.

Respecto a Colchado, el agente «René», intervino en la Operación Chavín de Huántar como interceptador de las comunicaciones de los terroristas del MRTA. Con esa experiencia, pudo interferir las comunicaciones de «Artemio» –cuyos números había entregado el «topo»–, para determinar su ubicación luego de que el informante le disparó un escopetazo.

«René» también aportó su experiencia investigativa en el caso del empresario aeronáutico Fernando Zevallos Gonzáles, quien luego sería condenado por narcotráfico y hoy es procesado por presunto lavado de activos.

El plan de la Divinesp consistía en sacar a «Artemio» del valle de Yanajanca, un área agreste y muy complicada, donde el jefe senderista controlaba desde los «boteros» –tripulantes de los botes que se convirtieron en una red de informantes del terrorista– hasta algunas autoridades, aparte de la población que se dedicaba al cultivo de hoja de coca y a todas las actividades relacionadas con el narcotráfico.

Para conseguirlo, la Divinesp se propuso convertir Yanajanca en un lugar inseguro para «Artemio», de modo que éste se viera obligado a desplazarse a otra zona. Esto significaba neutralizar a sus colaboradores más cercanos. Paralelamente, se fijaron como meta demostrar que Sendero Luminoso se financiaba en el Huallaga con dinero del narcotráfico. Esta tarea era clave para atraer el financiamiento internacional en la lucha antidrogas, especialmente de los Estados Unidos.

Con la «Operación Huracán», que consistió en revelar la íntima alianza del terrorismo con el narcotráfico, en el 2007, se consiguió que Estados Unidos, por intermedio de la División de Asuntos de Narcóticos (NAS) y de la Agencia de Lucha Antidrogas (DEA), financiara proyectos de la Divinesp y enviara tecnología con el propósito de acabar con «Artemio». Adicionalmente, ofreció cinco millones de dólares por información que contribuyera a localizarlo y capturarlo.

EL PRIMER GOLPE

El nueve de agosto del 2009, «Bica» y «René»  dieron el primer golpe: arrestó a Félix Mejía Asencio, camarada «Mono», quien se dedicaba de cobrar los «cupos» del narcotráfico para «Artemio». Luego, el 13 de agosto del 2010, dieron caza a Edgar Mejía Asencio, camarada «Izula», hermano del «Mono». «Izula» era nada menos que jefe de seguridad de Florindo Flores. Tenía razones para comenzar a temblar.

Jonel Carmen Maxi, camarada «Iván», responsable de 31 asesinatos –era quien cumplía las órdenes de crímenes selectivos que disponía «Artemio»–, acabó en manos de «Bica» y «René», el 29 de noviembre 2010.

Un «mando militar» de importancia, Antonio Sifuentes Sandoval, camarada «Sergio», terminó preso el 29 de diciembre del 2010.
«Mono» fue arrestado en Aucayacu, «Izula» en La Morada e «Iván» en Angashyacu:localidades bajo influencia de «Artemio». Con estas detenciones, el mensaje para el capo de Sendero Luminoso en el Huallaga era clarísimo: «Estamos cerca».

MUDANZA TERRORISTA

La cereza en el dulce representó la ejecución de la «Operación Eclipse»: la Divinesp consiguió que un dirigente cocalero convertido en informante se filtrara en una reunión con «Artemio». El «topo» llevaba una microcámara en un botón de la camisa y registró el encuentro entre líderes cocaleros y el líder terrorista. A partir de dicha información, las autorizades judiciales dispusieron la detención de 42 dirigentes cocaleros del Huallaga, el 10 de noviembre del 2010.

Cuando se hicieron públicas las imágenes, «Artemio» supo que ya no era invulnerable. La policía había penetrado en su círculo íntimo. Es en estas circunstancias que comete un error estratégico en busca de protección en un área donde creía que perdería de vista a «Bica» y «René»: se fue al valle de Sión, en la provincia de Tocache, región San Martín.

Pero además hay otra captura importante que lo obligó a trasladarse a otro lugar. Esta vez no se trataba de un senderista precisamente al servicio de «Artemio». El 23 de diciembre de 2010, la Divinesp atrapó a Félix Huanchaca Tincopa, «camarada Roberto», en Santa Rosa de Mishollo.

Era el cabecilla de la columna de 30 terroristas que el líder senderista del Vrae, «camarada José», envió para asesinar a «Artemio» con la finalidad de controlar el negocio de la droga en el Huallaga. Fracasó.

Sin embargo, la presencia de los senderistas del Vrae en su territorio, a lo que se añadía la sucesiva detención de gente de su confianza, convenció a «Artemio» de la necesidad del reagrupamiento.     

Así, ubicó su centro de operaciones en la zona de Guacamayo, al frente del pueblo de Santa Rosa de Mishollo, y desde allí se desplazaba a las localidades de Campanilla, El Porvenir, La Pólvora, Cuchiyacu y Puerto Pizana, entre otros.

Estando ya en su nuevo ámbito de influencia, «Bica» y «René» comenzaron a buscar a informantes para introducirse en el entorno del cabecilla. Se encontraban en ese proceso cuando se presentó un senderista que decía estar muy relacionado con el «camarada Dante», quien le permitía el acceso al campamento de «Artemio».

Por ahora es un secreto la  identidad de ese «topo», el que dispararía a Florindo Flores Hala y lo dejaría fuera de juego, hasta que las fuerzas combinadas del Ejército, la Marina y la Policía lo ubicaron en una choza en Cachiyacu, malherido, abatido y delirando, despojado de la corte de terroristas criminales que lo acompañaban en cada presentación pública. Cuando «Bica» y «René» lo tuvieron frente a frente, sintieron alivio. Cuando les dijeron que se tomarían una fotografía con el presidente Humala, entonces supieron de la dimensión de lo que habían cumplido. A veces uno pierde la dimensión de la victoria.

CLAVES

Selección. En el proceso de reclutamiento de oficiales para que integren la División de Investigaciones Especiales (Divinesp), se les practicó exámenes tixicológicos, de polígrafo y se investiga sus hojas de vida.

entrenamiento. Una vez seleccionados, se les somete a un proceso de fuerte proceso de instrucción y entrenamiento, efectuados tanto en el Perú como en el extranjero.

comienzo. Al principio, la Divinesp se llamó Unidad de Asuntos Especiales (UAE), y se creó en el marco del Convenio Antidrogas de Perú con Estados Unidos, en 1997.

equipamiento. Como parte del convenio, la Divinesp recibió un equipo de espionaje telefónico destinado a la lucha antidrogas, bajo la supervisión de la Agencia de Lucha Antidrogas (DEA) y de la Embajada de los Estados Unidos.

vital. El uso de dicho equipo se demostró justamente en el proceso de ubicación de «Artemio», después de que este fue herido por un infiltrado de la policía en Sendero Luminoso.

Ángel Páez.
Doris Aguirre.
María Elena Hidalgo.

 

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