Aucayacu: cataratas perdidas, árboles centenarios y aventura

La República. La violencia del narcotráfico es solo un mal recuerdo en Aucayacu. Hoy en día apuestan por un espectacular destino turístico en medio de los bosques encantados de la región Huánuco. Siempre hay algo nuevo por conocer. Ahora, con un ingrediente de total aventura, nuevamente me esperan las deliciosas tierras de la selva huanuqueña.

Viajo por la carretera Fernando Belaunde Terry a mi encuentro con Aucayacu, a 54 km al norte de Tingo María. Conocido no necesariamente en asuntos turísticos, pues el terrorismo y el narcotráfico se habían enseñoreado aquí hace ya unos años, Aucayacu se esmera en salir adelante y que esos nubarrones no lo persigan más.

Ahora hay un cambio, pasó el miedo, espero. Esta vez, los nubarrones están en el cielo, parece que se desatará una lluvia. Y en la selva, la lluvia, es cosa seria.

“Queremos que la gente venga a Aucayacu, sin temor, que sepan que nuestra zona está pacificada”, nos dice Madelenne Cloud, la emprendedora alcaldesa. Ella nos lleva a conocer uno de sus más preciados proyectos, el Centro Piscícola de Aucayacu. En unas ocho hectáreas se ubican 39 pozas que cobijan tres especies de peces: la gamitana, el paco y el emblema de la selva, el delicioso paiche.

La piscigranja produce unas 30 toneladas al mes. “Por ahora solo nos autoabastecemos, pero poco a poco queremos llegar más allá”, nos afirman los encargados.

La hora avanza y vamos a conocer un milagro escondido en el bosque. A 23 kilómetros de Tingo María, llegamos a otro tesoro de Aucayacu, el espejo de agua Los Milagros, una bendición en medio de la Amazonía. Un gozo de paisajes y de relax, en donde se levanta imponente una viejísima lupuna, un árbol que tiene “madre”, su espíritu protector.

Ahora, la aventura. Desde el poblado de Cayumba,  salimos en busca de otras cataratas. Y de repente un desvío, de repente una quebrada, de repente un río, un río llamado De Repente. Es que este río, “de repente”, es capaz de subir de caudal y se embravece.

Espero que, “de repente”, sólo se calme, pues debemos cruzarlo ocho veces. Asumo el reto. ¡La experiencia fue sencillamente genial! No me importó empaparme hasta los huesos, ni tener un resquicio de resfrío, simplemente quise llegar. Y llegué.  Luego de tres horas y tras enfrentarnos a la corriente, ante mí un espectacular anfiteatro natural, donde el agua hace de las suyas, precipitándose desde los enormes acantilados.

Regreso a mi ciudad. Me alegra que zonas, otrora golpeadas por esa cloaca llamada narcoterrorismo, al fin siembren en actividades como el turismo.

Sé que les irá bien, solo es cuestión de tiempo para empezar a cosechar. ¿Cómo resumo esta ruta? Solo una palabra, ¡espectacular! Vengan, no se arrepentirán. Palabra de viajero. Palabra de aventurero.

Datos

Informes. La Dirección de Turismo de Huánuco, DIRCETUR (calle Bolívar 381), les brindará información de las agencias que hacen este circuito.

Correo y teléfono. Escribir a dicetur-hco@hotmail.com o llamar al teléfono de la institución: 062-512980.

Viaje. Nueve horas de recorrido por tierra. Dos empresas dan el servicio aéreo.

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