El Comercio. Se habla mucho sobre la contaminación de los ríos, producto de la actividad de la minería informal en Madre de Dios. Sin embargo, en el mismo Puerto Maldonado, a vista y paciencia de las autoridades, el río Tambopata es infectado por las aguas servidas del sistema de alcantarillado público de la ciudad.
Pese a las exigencias de las normas nacionales de saneamiento, en Puerto Maldonado (la ciudad que concentra casi el 80% de la población regional) no existe ninguna planta de tratamiento de aguas servidas.
Eduardo Carranza, gerente general de Emapat, la empresa municipal a cargo de las redes de agua y alcantarillado, señaló que todo el contenido de los desagües se arroja directamente al río Tambopata, sin filtración ni purificación química.
Los pobladores de los asentamientos humanos circundantes a los tres puntos por donde se vierten las aguas servidas al río, ante la nula respuesta a sus reclamos, optaron por callar y adaptarse.
La última denuncia fue realizada en enero de este año por el entonces regidor municipal Aquilino Pinares (fue vacado en julio, según dice, por rencillas políticas).
Pinares exigía que las aguas residuales no se arrojen directamente a la orilla del río sino a través de buzones colectores que canalizarían de forma subterránea los desagües hasta el centro del río. “Al menos se disiparía el olor nauseabundo”, decía.
Estudio lo confirma
Esta semana, el Laboratorio de Microbiología de Aguas y Alimentos de la Dirección Regional de Salud culminó el estudio de la calidad del agua del río Tambopata ordenado por la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA).
Los resultados son alarmantes: a la altura de la playa Hawai, donde los pobladores de Puerto Maldonado realizan actividades recreativas, la presencia de coliformes fecales es de aproximadamente 1.400 NMP (número de partículas en 100 ml).
Los estándares nacionales de calidad ambiental para agua señalan que el máximo permitido es de 200 NMP.
Natalia Díaz, representante de la OEFA, explicó que para detener este tipo de contaminación del río Tambopata –que se traduce en cientos de cuadros diarreicos, principalmente infantiles– es indispensable la construcción de una planta de tratamiento que filtre hasta en un 80% las bacterias y parásitos.
El gerente de Emapat dice que su institución no cuenta con los S/.35 millones necesarios para esa edificación. “A través del gobierno regional esperamos que el Ejecutivo nos apruebe el perfil del proyecto. Siendo optimistas, todavía tendremos que esperar un año más”, se excusó.
En puntos
Los desagües se arrojan en las orillas del asentamiento humano Tambopata-Candamo, en el puerto Tambopata y en el sector Pueblo Viejo.
No se pudieron hacer exámenes parasitológicos al agua del Tambopata, ya que la Diresa no tiene un filtrador de membrana, equipo necesario para estos estudios.
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