A sólo una semana de haberse registrado la muerte de una recién nacida por presunta negligencia médica, un caso similar volvió a registrarse en el Hospital de Tingo María: una recién nacida falleció a los pocos minutos de ser extraída del vientre materno. Según la denuncia, esta vez fue la demora en la atención a la madre la causante de la muerte.
Apolinario Condezo Calero, padre del menor fallecido, declaró que su esposa fue trasladada desde el centro poblado Supte hacia el nosocomio tingalés con el diagnóstico de urgente cesárea. Sin embargo, la parturienta estuvo sin ser atendida desde las dos de la tarde hasta las once de la noche.
A esa hora la pareja de Condezo Calero recién pudo ser intervenida pero su bebé nació con problemas por aspiración de líquido amniótico y otras complicaciones. Se ordenó, entonces, su traslado a Huánuco, pero falleció en el trayecto.
El denunciante dijo que no se encontraban los médicos que deberían haber atendido la emergencia y nombró a los médicos Tenorio y Díaz, quienes no se presentaron para atender el caso y cuando lo hicieron era demasiado tarde.
Director pone su cargo a disposición
Visiblemente mortificado, el director ejecutivo del nosocomio, Alfredo Tataje Silva informó que puso su cargo a disposición. Agregó que los médicos tratantes demoraron en la atención. Contradiciendo el diagnóstico inicial, Tataje afirmó que el bebé estaba en buenas condiciones y por ello se optaba por un parto normal.
“Parece que algunos médicos han perdido la sensibilidad hacia el prójimo, me siento responsable político y moral, me siento muy dolido, he puesto mi cargo a disposición y el presidente regional evalúa esto”, declaró.
Cruzada institucional
Entretanto, ante las presuntas negligencias y corrupción existentes en el Hospital de Tingo María, el sindicato de trabajadores propuso una “cruzada institucional por una atención digna, de calidad y lucha contra la corrupción”.
Así, el secretario general Leonardo Ocaña Navarro, señaló que a algunos médicos y otros profesionales de ese hospital no les importa la salud de la población, sino “sus propios bolsillos”.
“Actúan deslealmente contra la institución al derivar a los pacientes a sus consultorios particulares. Tienen hasta los llamados jaladores, que buscan a los pacientes en el hospital para llevarlos a los consultorios particulares y luego los despluman”, dijo.
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