Una de las empresas que apuesta de manera decidida en el cultivo del piñón con fines industriales a través del aceite vegetal o generación de biocombustible, es Verdal RSM Perú SAC, que tiene en Picota, San Martín, a su centro de operaciones.
En diciembre de este año sus cultivos llegarán a su primer año y empezarán a dar sus iniciales frutos. Con orgullo al mostrar el crecimiento de las plantas recientemente podadas, Francesco Signorelli, gerente general de la empresa Verdal, augura que ya estará cosechando después de mucho esfuerzo y superar algunos obstáculos que la naturaleza siempre propone, pero que en este caso será beneficiada porque lo sembríos se asientan en tierras degradadas y deforestadas.
“El único problema fue el costo que demandó la preparación de los campos, al utilizar siete horas de trabajo por hectárea cuando se había proyectado dos horas para ese propósito”, dijo, pero el certidumbre en el futuro es inequívoco: “Si no fuera por el tipo de morfología del territorio, íbamos a tener 1,500 a 2,000 mil hectáreas sembradas. Creo que va a ser la más grande extensión que Perú tenga como producción de piñón. Ése es nuestro objetivo”.
Verdal se ha propuesto sembrar 10 mil hectáreas en los siguientes cinco años. Los representantes de la empresa consideran que San Martín tiene las condiciones climáticas perfectas para el sembrío del piñón, y de manera específica la provincia de Picota, que posee cerca de 50 mil hectáreas aptas, es decir, degradadas o deforestadas. “En Picota vamos a reforestar y mejorar el medio ambiente, y daremos trabajo a miles de personas. Vamos a producir una cantidad de aceite importante a nivel empresarial”, considera el gerente general. En ese camino, dijo que el presidente regional César Villanueva Arévalo es el mejor aliado en el sentido ideológico. “Nos favorece de cualquier manera para que nosotros podamos adelantarnos, con soporte técnico de personal de la Dirección de Agricultura muy preparada que nos ayuda muchísimo y ojalá que podamos avanzar más rápidamente”, comenta.
Verdal necesita cerca de 200 mil toneladas anuales de aceite vegetal para su planta de generación de energía eléctrica en Europa. Dijo que el mercado mundial es enorme, y que nuestro país importa de Argentina casi 100 millones de dólares en biodiesel. Destacó las cualidades del piñón o jatropha curcas L. al afirmar que es un cultivo absolutamente tropical, que se adapta a cualquier tipo de clima y de sequía. “No necesita de mucha agua, sino de Sol y temperatura media de 20 grados centígrados. Y Picota tiene esas características magníficas para desarrollar de la mejor manera posible”, apuntó. En cuanto a la rentabilidad del cultivo, sostuvo que tiene mucha ventaja en comparación a otros cultivos tradicionales.
“Una hectárea de piñón sembrado tiene un valor de 5 a 6 mil dólares con carreteras que las comuniquen. El piñón es una planta que vive más de 50 años, que no termina su ciclo y sigue dando la misma producción; y esto compensa cualquier tipo de inversión”. Indicó que la inversión es muy fuerte en los primeros tres años porque es a todo costo. Después, al cuarto año la tendencia financiera permite recuperar la inversión. De modo ilustrativo dijo que a los tres años la producción es de 35 a 40 % de su capacidad, al cuarto año llega al 70-75 %, que al llegar a ser adulta -a los cinco años-, dará más de 6 kilos por planta, que es alrededor de 8 toneladas por hectárea. Es una actividad rentable sin duda, dice categóricamente Signorelli. Explica que rinde 2 mil veces más que el maíz, y 2500 veces más que la soya.
Es un cultivo que a partir del quinto año sólo da rentabilidad. Es un gasto de mantenimiento muy pequeño respecto a los tres primeros años. Es un cultivo que dará una rentabilidad muy importante a quien se dedique a esta actividad. En ese contexto, el agricultor lo está entendiendo así, como señala Juan de Dios Cachique, presidente de la asociación de agricultores “En Marcha al Futuro”, organización formada por técnicos del proyecto Promoción del Piñón del Gobierno Regional de San Martín para que los productores participen de negocios inclusivos con la inversión privada. “El piñón es un cultivo rentable. Lo estamos viendo por primera vez y esperamos que el trabajo con la empresa sea más rentable.
Todos los pobladores de Winge trabajamos con Verdal”, expresa, y agradeció la construcción del canal de riego Winge-La Florida que permite este tipo de sembríos. Indicó que ha mejorado la situación económica y social de las comunidades y existe el interés de nuevos agricultores para formar parte de la asociación, específicamente en el sector Huascasapa, donde hay entre 70 a 80 agricultores con 780 hectáreas de terreno para el sembrío del piñón.
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