Preocupa crecimiento de cultivos de coca en frontera con Brasil y Colombia

El crecimiento de un 4,5% de los cultivos ilegales de hoja de coca en nuestro país, que nos mantiene en un segundo lugar entre los productores andinos, debe generar honda preocupación en las autoridades debido a que responde a nuevas zonas cocaleras instaladas en las zonas de frontera con Brasil y Colombia, donde el control del Estado prácticamente no existe.


Lo expresó el analista en temas de narcotráfico, Rubén Vargas Céspedes, al comentar el informe anual de las Naciones Unidas sobre el monitoreo de cultivos ilegales 2007 del principal insumo para el narcotráfico, que nos sigue ubicando después de Colombia, país que registra un crecimiento mucho mayor.


«Ese tema es delicado, debe llamar la atención del gobierno quien debe tomar medidas urgentes para erradicar esos cultivos. En mi lectura, se convierten en una cabecera de playa para el ingreso de los guerrilleros de las FARC y de las organizaciones internacionales dedicadas al tráfico de cocaína y de armas», alertó.


Precisó que otro aspecto importante del reporte de la ONU se refiere a la presencia de coca en San Gabán, Tambopata e Inambari, que amenazan zonas naturales protegidas.


Estos cultivos son doblemente ilegales pues no están en el padrón de la Empresa Nacional de la Coca (ENACO) y se dan en una zona donde está prohibida cualquier tipo de agricultura.
Cocaleros contra el Huallaga
Por otra parte, lamentó que una vez más los dirigentes cocaleros de siempre amenacen la paz y el desarrollo del Alto Huallaga, justo en un momento tan esperado por los comerciantes y trabajadores legales, como es la fiesta de San Juan.


«La erradicación de cultivos de coca se produce desde enero de 2008 en la zona de Tocache, Huamuco y Alto Huamuco sin mayor contratiempo. Como se ha anunciado que va a llegar a Aucayacu, estamos escuchando algunas declaraciones amenazadoras de dirigentes cocaleros», señaló Vargas Céspedes.


El analista precisó que estas amenazas atentan directamente contra los preparativos de toda una región, que se está esforzando por presentar su mejor rostro, mientras un grupo de cocaleros hace todo lo contrario, lanzando mensajes negativos que podrían desanimar a gran cantidad de turistas interesados en conocer los atractivos de estas tierras.