Gracias a que los productores de café se han centrado en la calidad de su producto y en desarrollar mercados nicho como el del café orgánico, la producción cafetalera ha cobrado un importante auge.
Cultivar café es muy rentable para los productores nacionales, quienes ven que es incluso mejor que cultivar plátanos o yuca, pues los precios son buenos, especialmente los del café orgánico.
Los precios altos y razonablemente estables también han elevado las exportaciones cafetaleras, que representan el 95% de la producción de nuestro país. La Asociación Nacional de Productores estima que este año se exportarían 5.8 millones de sacos de 46 kilogramos de café, cifra que representa un incremento del 15% frente a la cosecha de 2006.
Muchos productores no pueden costear los fertilizantes químicos, por lo tanto cultivar café orgánico, que paga una prima sobre el café convencional, tiene un costo relativamente bajo.
Del mismo modo, los productores pobres tienden a trabajar parcelas pequeñas con tecnología limitada, lo que significa que su café es recogido a mano y secado al sol.
El café especial –como el orgánico, el procedente del comercio justo, el kosher y el cultivado, ha liderado el aumento. Estos granos comprenden el 30% de las exportaciones cafetaleras.
Frente a estos importantes logros, los productores enfrentan los desafíos de llevar sus cosechas al mercado y pagar por fertilizantes naturales para aumentar los rendimientos. Otra de las principales dificultades que atraviesan los productores es el alto costo del transporte.