Cultivos de hoja de coca crecieron en 58% entre 2006 y 2010 en Puno

La República. Los cultivos ilícitos de hoja de coca ubicados en las cuencas puneñas de Inambari-Tambopata y San Gabán experimentaron un notable incremento de casi 58 por ciento en promedio, en el periodo comprendido entre 2006 y 2010, según cifras del último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC).

En las cuencas de los ríos Inambari y Tambopata los cocales aumentaron de 2 mil 366 hectáreas, en 2006, a 3 mil 591, en el 2010. Esto es una ampliación de 51,7%.

En los mismos años, el cultivo de hoja de coca en San Gabán saltó de 446 hectáreas a 738 hectáres, lo que representa un incremento de 65,4%. En comparación con otras cuencas cocaleras en el territorio nacional, el estudio de la Unodc señala que los cultivos en Puno se encuentran entre los que experimentaron un mayor aumento en el último lustro.

Cifras en rojo

“Efectivamente, en solo cinco años, la extensión de cultivos de hoja de coca en la cuenca Inambari-Tambopata se elevó en 1.225 hectáreas adicionales”, dijo el asesor de la Unodc en Lima, Federico Tong Hurtado.

“Esa zona es una franja de frontera con Bolivia y lo que producía estaba históricamente dedicado al consumo tradicional. Pero desde el 2000 tiene una producción vinculada directamente con el narcotráfico”.

Uno de los factores que explican la notable explosión de cultivos ilegales de hoja en Puno es la cercanía con Bolivia, donde las mafias del narcotráfico pagan por cada kilo de cocaína US$ 2.200, mientras que en el Perú los traficantes abonan US$ 1.000. Debido a dificultades geográficas  no se ejecutan operaciones de erradicación de los cocales.

“En las cuencas Inambari-Tambopata y San Gabán no solo hay un aumento de la producción de hoja de coca sino también de cocaína para la exportación”, afirmó el analista Jaime Antezana. “Las cuencas cocaleras puneñas son una suerte de pequeño valle de los ríos Apurimac y Ene (Vrae) en pleno crecimiento. En esa zonas el narcotráfico ejerce pleno dominio. La única presencia que tiene la policía es en los decomisos de droga y en la destrucción de pozas, que suceden muy eventualmente”.

El reporte del Unodc destaca que entre 2009 y 2010 en las cuencas Inambari-Tambopata se experimentó un incremento de 2% de los cultivos de hoja de coca, lo que confirma la sostenida ampliación de los cocales ilegales, cuya producción se destina al narcotráfico.

“Estas cuencas representan en la actualidad uno de los focos cocaleros que en muy pocos años han vinculado su producción de hoja dedicada al consumo tradicional a una producción fuertemente vinculada al narcotráfico”, precisa el informe del Unodc: “Desde inicios del 2000, se produce derivados de coca que han hecho de estas cuencas un mercado atractivo para acopiadores nacionales y extranjeros”.

Curiosamente, de la zona de las cuencas de Inambari-Tambopata salió el café Tunkimayo que recibió una distinción mundial. Pero los esfuerzos de los cafetaleros están amenazados por la creciente presencia de las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico. De hecho, los traficantes infiltrados en la Federación Provincial de Campesinos de Sandia lograron que el burgomaestre dejara sin efecto un proyecto de reforestación, porque creían que detrás del mismo se ocultaba un plan de erradicación de hoja de coca.

“Ese proyecto de reforestación se iba a ejecutar en el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, un territorio reservado donde ha comenzado a aparecer cultivos ilegales de hoja de coca, por eso creyeron que se trataba de una supuesta erradicación”, dijo Federico Tong.

La fuerte presencia del narcotráfico se confirmó en el 2008, cuando fue intervenida una avioneta Cessna colombiana en el distrito de Putina Puncu que había llegado para transportar cocaína hacia Bolivia.

“Hay dos distritos netamente cocaleros en la provincia de Sandia: Alto Inambari y Putina Puncu. Todos se dedican a los cultivos ilegales y, por lo tanto, al narcotráfico”, señaló Antezana.

Cifras

2.366 hectáreas había en las cuencas Inambari-Tambopata en 2006.

3.591 hectáreas se detectaron en las mismas cuencas puneñas en 2010.

2.200 dólares por kilo de cocaína pagan los bolivianos. En Puno pagan 1.000 dólares.

Los comentarios están cerrados.