La Erradicación en Debate

 Caretas. La extensión de los cultivos de coca en el Perú creció en el 2010 un 2% con respecto al año anterior, hasta totalizar 61,200 hectáreas cultivadas, de las cuales 7 mil son consideradas legales. Así lo revela el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) que será presentado hoy jueves.

El informe revela que los cultivos aumentaron 13,000 hectáreas en los últimos cinco años, aunque el aumento sea decreciente. Hace dos años creció en 6%. El documento reporta que la zona con el más alto crecimiento de coca es Aguaytía, ubicada entre Huánuco y Pucallpa, seguida de la cuenca de Pichis-Pachitea Palcazu, en la selva de Junín; San Gabán, en Puno, y La Convención, en Cusco.

El Alto Huallaga, por el contrario, registra un importante decrecimiento debido a lo que es, según las autoridades antidrogas, una exitosa política que combina la sustitución de cultivos con la erradicación.

Las fuentes aclaran que en esas zonas el MEF no aprobó los recursos para replicar milagros como el de la región San Martín. En el Alto Huallaga, las cooperativas de café y cacao lograron ventas de más de US$ 100 millones el año pasado.

 

Hectáreas de coca siguen al alza, pero decrecen donde la estrategia es completa

Al respecto, y frente a la incertidumbre sobre la política antidrogas del próximo gobierno, el especialista Rubén Vargas de

Inforegión remitió a CARETAS el siguiente artículo.

Se comenta con entusiasmo que el gobierno de Ollanta Humala no seguirá con la ‘guerra contra las drogas’, porque se le considera una política injusta que ha fracasado. Ni el presidente electo sabría con precisión cuál sería la nueva estrategia. Lo que es claro es que se eliminaría o disminuiría notoriamente la erradicación de la coca ilegal.

Analicemos este “fracaso”, comenzando por aquello que causa más urticaria: la erradicación. Esta actividad manual realizada por trabajadores civiles y mil veces satanizada es, sin embargo, la única que cumple, año tras año, con las metas programadas. Ello pese a las minas antipersonales colocadas por los narcotraficantes, a las emboscadas terroristas y a las pedradas lanzadas por los cocaleros. Gran confluencia en defensa de la coca cultivada a sabiendas que va a terminar en las pozas de maceración.

Varios dirigentes cocaleros han sido sentenciados y otros están procesados por sus vínculos con Sendero Luminoso y con el narcotráfico. Días antes de la segunda vuelta la Policía descubrió dos laboratorios de cocaína en los predios de un dirigente de Gana Perú en Ucayali.

¿Por qué se quiere castrar lo único que viene funcionado? Si es porque los cocaleros son amigos del presidente electo, demos por concluida la discusión y agreguémosle a la marca Perú una hoja de coca.

¿La erradicación es la razón del fracaso de la lucha contra las drogas? Creo que no. Las pocas veces que se articularon los programas de desarrollo alternativo, el compromiso de las autoridades locales y la erradicación consiguieron expulsar al narcotráfico. Por ejemplo, en la región San Martín donde la coca ha sido reemplazada por miles de hectáreas de cacao, palma aceitera y café.

¿Lo racional no sería exigir que los otros componentes de la lucha antinarcóticos como la interdicción, el control de insumos químicos y las acciones antilavado caminen al ritmo de la erradicación cumpliendo sus respectivas metas?

En el Perú nunca se ha puesto realmente en práctica una estrategia integral contra el narcotráfico, entre otros motivos, porque seguimos pensando que no es un problema nuestro, sino de los consumidores, de los gringos.

Sobre la nueva estrategia de Humala hay varios inquietantes indicios. En la campaña electoral del 2006, Humala propuso suspender los vuelos de interdicción por parte de pilotos extranjeros, prometió suspender la ayuda de la DEA y planteó comprar toda la producción de coca para industrializarla. No se requiere clarividencia para adivinar que con estos dos mercados (Estado y el narcotráfico) las hectáreas de coca se elevarían a la enésima potencia.

Más recientemente, el Plan de Gobierno de Gana Perú propuso generar alianzas con los ‘poceros’ y ‘cargachos’ para enfrentar al narcotráfico. Todavía no sabemos qué se les ofrecerá a los que fabrican la pasta básica de cocaína (poceros) y a los que trasladan la droga hacia los puertos (cargachos) para que dejen el negocio y se enfrenten a sus jefes.

Estas medidas ya las aplicó Evo Morales: expulsó a la DEA, suspendió la erradicación de la coca y puso en marcha el Plan de Desarrollo con Coca. Cinco años después, el resultado es nefasto. Los cultivos de coca y la producción de cocaína han seguido creciendo y la narcocorrupción penetró a los círculos más íntimos del poder.

El problema se agudizó porque la cocaína boliviana encontró un excelente mercado en Brasil. Esto ha obligado a Morales a retomar la erradicación de la coca y a lanzar el SOS a la cooperación internacional que antes había expulsado.(Escribe: Rubén Vargas Céspedes

Hectáreas de coca siguen al alza, pero decrecen donde la estrategia es completa

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