75 periodistas murieron este año cuando realizaban su labor

Mil 200 periodistas murieron en la última década en pleno ejercicio de su profesión, el último de ellos fue el fotógrafo japonés Kenji Nagai, asesinado por un soldado birmano cuando cubría una manifestación de protesta en las calles de Rangún.


 


Como bien señala hoy  la agencia Andina, la cifra no es antojadiza, sino que responde a estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y revelan el grado de peligro inherente en el ejercicio de la profesión.


 


Según Silvie Coundray, de la División de Libertad de Expresión de la UNESCO, la mayoría de los asesinatos se produjeron en zonas de conflicto mundial, que se convierten en el centro de atención de los periodistas y son peligrosas porque justamente es en esas zonas donde los derechos de los reporteros, atrapados entre dos fuegos,  es lo último que se toma en cuenta.


 


Pero además, otro buen porcentaje de muertes se debió a la necesidad de acallar las constantes denuncias de los periodistas por prácticas corruptas y de poderes ocultos como el narcotráfico.   El periodista es un blanco muy fácil y es igual de peligroso tanto si se encuentra en países en dictadura como en aquellos de denominación democrática.


 


Además, en los últimos años han aparecido nuevos actores del crimen organizado, como el narcotráfico y la guerrilla, que utilizan todas las armas modernas que brinda la globalización para hacer crecer sus negocios de tráfico de drogas, armas y de personas y de lavado de dinero,  y cuyo accionar es aún más letal y artero que el de las fuerzas públicas.


 


Según la UNESCO, en el 2007, 75 periodistas murieron en el mundo víctimas de la violencia, 11 colaboradores perecieron, 127 periodistas fueron  encarcelados, 6 colaboradores encarcelados y otros 64 ciberdisidentes fueron tomados prisioneros, en países asiáticos y musulmanes fundamentalmente.