Alrededor de 300 organizaciones no gubernamentales que agrupan a 25 millones de miembros, iniciaron la campaña “Salvemos nuestras semillas” con el objetivo de mantener en Europa los cultivos convencionales y orgánicos totalmente libres de organismos genéticamente modificados, OGM.
Para ello se presentó ante la Comisión Europea, CE, una petición para restringir el uso de organismos genéticamente modificados y evitar la contaminación de semillas puras consideradas como la base de la seguridad alimentaria y el patrimonio más antiguo de la humanidad.
Benedikt Haerlin, ecologista alemán y director de la campaña global, alertó que la biodiversidad, afectada por el cambio climático y la agricultura intensiva, es amenazada también por la modificación genética de semillas, alteradas deliberadamente en laboratorios con el objetivo de fin de otorgarles alguna característica específica, según consigna la agencia IPS.
Precisó que el impacto más importante de la agricultura transgénica radica en las condiciones sociales y económicas de los cultivadores quienes generalmente se vuelven dependientes del gran negocio agroquímico.
Contaminación transgénica
Desde que en septiembre del 2004, la Comisión Europea fuera obligada, por las protestas de los agricultores orgánicos y organizaciones ambientalistas, a retirar su propuesta para permitir hasta 0,7 por ciento de organismos genéticamente modificados en las semillas de maíz y canola, hasta la fecha el órgano de la UE no ha presentado ninguna otra nueva recomendación.
Haerlin señaló quelas semillas transgénicas pueden contaminar los cultivos de campesinos y granjeros que se oponen a ellas. “Los agricultores que usan lo que creen son semillas orgánicas, pero que han sido genéticamente contaminadas, continuarán usando parte del cultivo contaminado como semillas para la siguiente temporada, y multiplicarán y propagarán la contaminación”, sostuvo.
Acusan a las multinacionales
El experto acusó además a los gigantes agroquímicos que controlan el mercado de semillas transgénicas de usar “las puertas traseras y la mala legislación para colocar sus semillas en el mercado”, lo que ha ocasionado que las semillas orgánicas tradicionales esten desapareciendo, con peligrosas consecuencias ambientales.
De acuerdo a expertos en ambiente y agricultura, hace 25 años había por lo menos 7.000 productores de semillas en todo el mundo, y ninguno de ellos controlaba más de uno por ciento del mercado global. Actualmente, y tras una serie de adquisiciones, 10 importantes multinacionales de la bioquímica, entre ellas Monsanto, DuPont-Pioneer, Syngenta, Bayer Cropscience, BASF y Dow AgroSciences, controlan más de 50 por ciento del mercado de las semillas.