La presencia de vientos huracanados, que se dieron en horas de la tarde, dejaron seriamente afectadas las viviendas y cultivos de cerca de veinte familias del caserío San Pablo, en el distrito Daniel Alomía Robles, al noreste de Tingo María.
Los pobladores de la zona, dedicadas exclusivamente a labores agrícolas, se encontraban en plena faena cuando vieron el cielo oscurecerse e iniciarse una torrencial lluvia que llegó acompañada de vientos inicialmente suaves. Luego éstos tomaron mayor fuerza hasta comenzar a derribar algunos techos de las viviendas, así como árboles y las propias plantaciones de cacao, café, maíz y plátanos que se cultivan en la zona.
Teófilo Lastra, uno de los agricultores afectados, dijo que fue una tarde como para no recordar y señaló que este fenómeno no se había producido desde hacía muchos años.
El alcalde de ese distrito, Alan Valdivia, dispuso se les proporcione apoyo con herramientas, colchones y alimentos. También dijo que se debe hacer una evaluación más exacta de los daños.