“El futuro no está escrito”

El antropólogo y doctor en Sociología Julio Cotler, investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos y uno de los más destacados pensadores peruanos de nuestro tiempo, será distinguido  como Doctor Honoris Causa por la Pontificia Universidad Católica del Perú este jueves 10 de junio.  Reproducimos a continuación una entrevista publicada en la versión impresa de la revista PuntoEdu.

PuntoEdu. Sus acertadas interpretaciones de la realidad social lo han convertido en una luminaria. Su valentía al cuestionar las injusticias en la economía y la política han remecido a diversos sectores. Julio Cotler, antropólogo, y doctor en sociología, e investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos, se ha convertido en una suerte de conciencia moral. Su libro Clases, Estado y nación en el Perú, publicado hace 32 años y reeditado en el 2005, es un clásico en las ciencias sociales que reveló choques estructurales entre la política y los cambios sociales.

Durante el gobierno militar, fue deportado a México y nunca se calló contra los abusos del fujimorato. Su destacada labor académica y pública le ha valido amplias audiencias. El año pasado, varios internautas expresaron su deseo de que sea candidato presidencial. “Porque siempre tiene razón”, dijeron en los blogs. Cuando se reeditó su publicación, superó en ventas a Harry Potter y a Paulo Coelho. Este jueves, a las 12:15 p.m. en el Auditorio de Derecho será distinguido como Doctor Honoris Causa de nuestra Universidad.

Usted destaca por su lectura certera, como cuando previó el fenómeno Humala.

Porque representa a una población, no es de extrañar. Hemos visto cómo ha cambiado el Perú hasta términos impresionistas. Entonces, uno se encuentra con otro tipo de gente que ya no pasa desapercibido sino que tiene presencia social y política.

En esas elecciones, estuvo muy presente el tema de la Sierra sur.

¡Y la raza!

Y se adquirieron compromisos con esos sectores relegados. Pero ahora tenemos posibles levantamientos en el sur por el tema del gas. ¿Qué nos pasó?

No solo es el sur, sino también divisiones más locales: cuzqueños, arequipeños, moqueguanos y tacneños odiándose unos a otros y negándose el agua. Por un lado, está el contraste entre la Costa y la Sierra sur, pero por otro las divisiones internas en la Sierra. El Estado tiene mucho que hacer porque si usted no comparte instituciones, no se reconoce en los otros.

Al Sur solo lo van a atender cuando se levante. Por el gas se han asustado y les han ofrecido algo. Pero los votos salen de Lima y la Costa. Por eso, los presidentes atienden a la Costa. Se necesitan reformas, pero la política está muy fragmentada. Es un círculo vicioso. La fragmentación trae representaciones muy oportunistas y mediocres. No tienen interés en hacer reformas.  Las bancadas importantes tampoco. Ahora discuten si habrá bicameralidad. Se sabe que no pasará.

¿No se puede regular mejor para evitar esta fragmentación?

Pero al Jurado Nacional de Elecciones le dieron una ley sin capacidad de sanción. Como somos muy legalistas, no pueden hacer nada. El presidente del JNE no puede exigir poderes para sancionar a los partiduchos, como diría Eliane Karp. Por ejemplo, Cambio Radical. ¿Con Cambio Radical y José Barba cómo va a pensar en reformas?

Sin embargo, su candidato está segundo en las encuestas.

Usted se encuentra con un delincuente como Kouri compitiendo con una incapaz como Lourdes. ¿Qué vamos a tener en las elecciones? Estamos viendo la película: van sacar entre 15 y 22% y en la segunda vuelta saldrá uno, pero su base es de 22%. ¿Por qué no dan el voto facultativo? Se mueren de miedo. Se vería que son fantoches.

¿Pero no ha habido mejoras?
En el nivel económico, pero en educación no. Hay un gran crecimiento económico, pero somos el país de América Latina, donde la crítica es mayor al Presidente, a las instituciones oficiales, al Congreso y la democracia. ¿Por qué, si estamos tan bien? Si no hay cambios institucionales profundos, el crecimiento económico no es suficiente.

En Venezuela ha llevado al chavismo, que se extiende. ¿En eso acabaremos?

No necesariamente. El futuro no está escrito.

¿Por qué se ha desinflado Humala?

No logró constituir una organización. El humanismo es su familia: los cuñados, los hermanos… Quien ha pasado toda su vida en una institución jerárquica es muy improbable que tenga visos democráticos. Va a poner a los suyos, la frase “lealtad
personal” allí funciona fundamentalmente. Son instituciones antiguas. Eso es lo que tenemos: crecimiento económico con instituciones antiguas que no se corresponden.

¿Cómo ve las elecciones al 2011? Lideran encuestas Castañeda y Keiko.

Y Toledo.

Toledo, claro…

Estoy especulando porque antes pensaba que Jorge del Castillo sería el candidato del Apra. El gran jefe le cortó la cabeza. Fue un capítulo fabuloso: como Alan García descabezó a su partido cuando se pretendieron rebelar. Él demostró: “Yo soy el
rey”.

¿Cómo ve el 2011, entonces?

Seis u ocho candidatos en que cuatro o cinco sacarán entre 17% y 23% y votaremos por el que menos nos asuste, y Toledo allí tiene muy buena chance.

¿Por qué?

Porque es el que menos amenaza. Dígase lo que se diga de su gobierno, al final resulta que es el que hizo menos daño. No hizo nada pero no hizo mucho daño. Yo me pongo a pensar: con Keiko, se levantan a este país en pleno.

¿Y Castañeda?

Es lo más gris del mundo. Lo único que quiere hacer es construir, igual que Alan García. Meta usted cemento y que le cueste el triple de lo que estaba programado.

¿Pero está primero en las encuestas?

Claro, va a tener importancia. Si gana, será con 23%, Keiko sacará 19% y Toledo 18%, quizá Lourdes, 15%. Por eso mi perspectiva es una gran fragmentación. El fenómeno que ha tenido Colombia, donde salió uno con 46% y el otro con 23%, no
se va a dar acá. Aquí no hay nadie, no existe todavía el candidato que arrastre. Pero, además, Castañeda puede tener votos en Lima, pero qué votos va a tener en la Sierra del Perú. Yo sigo pensando que en la Sierra van a competir Toledo, Keiko
y Humala.

¿Seguimos en peligro de una gran explosión social?

No lo veo. Puede haber Baguas, Moqueguazo, pero una no tiene relación con la otra.

Da la impresión de que estos problemas generan mucho debate en cierto momento, como la selva, pero luego pasan páginas. ¿Por qué somos así?

A eso me refiero. ¿Cuál es el interés que tienen los arequipeños en Bagua? Pero si ni siquiera nos imaginamos dónde queda Bagua. Cuando le digo que la gente no tiene noción de la geografía, me estoy incluyendo. Para nosotros la geografía no
existe.

¿Cuál es su evaluación del gobierno de García?

El es de una soberbia tremenda y solo ve obras. Para qué diablos se metería en líos institucionales. Sigue en la ruta de dar todas las facilidades para que los capitalistas ganen dinero e inviertan. Cree que a más inversión, mejor le irá a la gente. No
entiendo de dónde saca esas ideas.

Probablemente el dinero que ya salió fuera del Perú sea mayor a lo invertido dentro. No estoy contra la inversión extranjera, pero el cobre empieza a bajar de precio y China ya no va a comprar tanto. Veremos qué pasa con el crecimiento. García ni siquiera fortalece su partido, que no tendrá candidato a la presidencia. Eso es lo que quiere para que él sea el único que pueda ser candidato.

¿Cuál es su lectura del conflicto PUCP-Arzobispado de Lima?

Me trae la idea del huevo y la serpiente, expresada en la época del fascismo y el nazismo en los 30. La bestia asoma el hocico. Es la ola reaccionaria que hay en todo el mundo. Vamos a ver cómo salen. Esto va más allá de las interpretaciones del
testamento de Riva-Agüero. Plaza San Miguel da mucha plata como para que el Arzobispado no quiera tenerla. Y además, botar a todos los profesores de filosofía, acabar con la Facultad de Ciencias Sociales, acabar con esa psicología freudiana.
Sentirían en carne propia las tendencias más reaccionarias. Es un peligro muy serio.

¿Qué hacemos entonces?

Fortalecer la Católica. Que la Católica salga a la calle. Que difunda más, que hasta ahora lo ha hecho muy bien. Pero tienen todavía por delante muchas cosas que hacer. Deben encontrar la manera de una articulación y de aglutinar gente. Y que se apuren.

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