En esta época en que calienta la campaña electoral el ex viceministro del Interior Carlos Basombrio, nos recuerda el incalculable costo que tuvo para nuestro país, la corrupción del régimen fujimorista y llama a estar alertas contra los piratas navegando con bandera de honestos porque lo que está en juego en las elecciones del 2010 y 2011 es nuestra viabilidad como país. A continuación reproducimos su artículo publicado en el diario Perú 21
Perú 21. Bueno, no exactamente usted, sino un gobernante que tenga esa impresionante cifra para invertir en su país. Pues, de acuerdo con la Procuraduría Anticorrupción, en el caso de Fujimori y Montesinos escogieron robársela. ¡6 mil millones de dólares! (Con gran esfuerzo y mérito se han recuperado 184 millones, el 3%). Millones más, millones menos, estamos ante un crimen monstruoso; más todavía cuando, por entonces, el país tenía casi el 70% de su población por debajo de la línea de pobreza.
¿Se imaginan todo lo que se habría podido hacer con esa cifra astronómica? Algunos ejemplos:
El Programa Juntos entrega a familias en extrema pobreza 100 soles al mes. Con lo desaparecido se habría podido dar, durante 15 años, ese subsidio a un millón de familias.
Calculando un costo de 18 mil soles por cada una, se le habría podido construir una casita modesta, pero digna, a un millón de familias.
Con cuatro millones de inversión por cada una, se habrían podido construir o reconstruir en el país 4500 escuelas, más o menos tres en cada uno de los distritos del Perú.
A 100 millones de soles cada uno, se habría podido construir 180 buenos hospitales; por lo menos uno para cada provincia, lo que hubiera salvado la vida de miles de personas.
Un menú que alimente se consigue por menos de 5 soles; pues, con esa estratosférica cantidad de dinero, habría habido recursos para darlo a diario, por 10 años seguidos, a un millón de peruanos.
La corrupción del régimen fujimorista tuvo un costo incalculable. Para muchísimos, fue la barrera que les impidió salir de la pobreza, y para un número importante les significó la vida misma.
Después de lo que ha pasado en el Perú, hay que estar demasiado desinformado y manipulado para aceptar “el roba y hace obra” que promueven algunos.
Que Keiko vea como una falta menor las reuniones regulares de Kouri con Montesinos para urdir “negocios” (como el peaje en la vía al aeropuerto) da cuenta de su escala de valores.
Mucho más que un problema ético
Lo que está en juego en el 2010 y en el 2011 es mucho. No es solamente un tema ético. La corrupción afecta nuestra viabilidad como país y, por ello, debe estar en el centro mismo de la discusión electoral.
No hay que ser ingenuos. Es inevitable que se lleguen a colar muchos piratas navegando con bandera de honestos. De hecho es alarmante escuchar con frecuencia cómo, en los diferentes niveles de gobierno, la corrupción vuelve a estar desatada; aun cuando no haya alcanzado todavía los niveles industriales de los noventa.
Difícil lidiar con éxito con todos, pero a lo menos que se podría aspirar es a que los herederos y participes del saqueo de los 90 sean sancionados electoralmente. Si ello no ocurre, pues, a llorar a la playa y a esperar allí el nuevo tsunami.