El Comercio. Alejandro Vassilacqui, director ejecutivo de CEDRO, alerta contra una eventual legalización de las drogas en el país y el consumo masivo que esta propuesta generaría, en artículo de opinión publicado en el diario El Comercio y que reproducimos a continuación.
Importante que muchas personas de buena voluntad traten sobre las drogas y coincidan con CEDRO que son nefastas para la salud individual y social. Debe evitarse, retardarse y disminuirse el consumo a través de programas preventivos sistemáticos e integrales.
Combatir el narcotráfico es un proceso, no una guerra. La dificultad no debe llevarnos al desaliento. ¿Estaría el Perú preparado para un cambio de 180 grados? Es decir, la legalización de las drogas. Recordemos que el consumo en el Perú no está penalizado. El adicto es víctima, está enfermo y tiene derechos, como también los poseen las familias y las comunidades, que viven en un país que tiene las drogas cocaínicas más al alcance y más baratas del mundo.
El Estado cuenta con 400 camas para dependientes y lucha aún contra la tuberculosis, la malaria, la hepatitis B, la desnutrición, el sida. El 44% de los accidentes está relacionado con el alcohol y el tabaco, no por ser legal deja de matar más que cualquier otra droga. Las medicinas adulteradas, el contrabando y la piratería se dan la mano en los mercados informales.
¿Cómo enfrentaríamos de pronto un consumo masivo? Lo más probable es que al incrementarse el precio de la droga (el control de calidad tiene costos elevados) se instalaría un mercado negro paralelo. No creemos que el consumo sería pasajero. Los que conocemos de la rápida adicción que producen las drogas cocaínicas, así como de la potencia incrementada de la marihuana de hoy y su peligrosidad, y lo difícil de la rehabilitación, sabemos que la demanda de servicios no podría ser cubierta. ¿Qué nos hace pensar que el Estado pondría los recursos que hoy no tiene?
La responsabilidad compartida debe fomentarse. Hablar de productores o consumidores ya no tiene vigencia. Se produce y se consume al mismo tiempo.
¿Qué quieren las poblaciones? La mayoría se esfuerza a través del estudio y el trabajo. Esto incluye a campesinos que con apoyo de la inversión y la cooperación, revirtieron Tocache: hoy con 80% de cultivos legales. Esa misma cifra servía, al narcotráfico, hace pocos años.
De 120.000 hectáreas cocaleras hoy se tienen 54.000. Es cierto que hay un crecimiento peligroso del 4% anual. Se requieren mayores esfuerzos policíacos y de reconversión agraria ágil que busque mercados, el éxito en San Martín nos hace ver que esto es posible.
Agregamos que debe “pisarse el campo”, escuchar a los afectados y el terrible sufrimiento de las familias y la sociedad. Sugerimos conocer, al menos un porcentaje de los miles de casos de personas victimizadas por las drogas, ya sea porque las consumen y se han vuelto esclavas de ellas o porque son blanco de agresiones de quienes lo hacen. Hay que actuar con humildad. Recordemos: la humanidad se juega en ello su integridad.