El Comercio. Presidentes, ministros de defensa, comandantes generales y capazotes del comando conjunto de turno, todos, todos, prometieron acabar con el narcoterrorismo del VRAE.
Todo se ha vuelto tan cíclico, que lo que pasa hoy se parece a lo que acontecía en 1990. Y lo que entonces registramos patéticamente hoy vuelve a golpearnos en la cara, como la muerte del teniente Roberto Obregón en una de las ya consabidas emboscadas.
Hasta ahora estamos esperando que los responsables del nuevo gobierno en los campos militar, policial y de lucha contra el narcotráfico tengan menos cosas que decir y más cosas que mostrar como resultados de sus acciones.
De otro modo vamos a rebalsar de expectativas sobre lo que las fuerzas militares y policiales, y principalmente la inteligencia nacional, están en condiciones de hacer en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
Vamos a volver a creer en el Trofeo del VRAE llenando la mochila de algún “general victorioso”.
Por lo pronto, el ministro de Defensa, Daniel Mora, acaba de anunciar, no como si volviera del sangriento VRAE, sino de un relajado bosque inglés, que las fuerzas armadas y policiales van a salir a cazar, uno a uno, a los miembros de la cúpula de Sendero Luminoso. Claro, mientras nuestros soldados, como ocurrió recientemente, no sean los primeros en caer en las trampas mortales del camarada ‘Artemio’…
¿Tiene Mora un plan sobre el VRAE? ¿Están alineadas las visiones estratégicas de cada uno de los cuerpos de las Fuerzas Armadas? ¿Tenemos en verdad un aparato de inteligencia actuando eficientemente en la zona? ¿Todo parece tan sencillo que el ministro de Defensa reduce la misión del VRAE, que en la cabeza de los más respetables expertos, es muy compleja, a un simple ejercicio de “cacería de terrucos”, como si los tuviéramos ya, en la mira, y en el blanco?
Haría bien el presidente Ollanta Humala de pedirle a Mora un urgente reporte de resultados de sus planes y estrategias en el VRAE, antes de que él mismo resulte avalando lo que se parecería más a una cacería de vizcachas y no de criminales del narcoterrorismo.
Siempre habrá un intento de justificación como todos los que han llenado la foja de fracasos y decepciones del VRAE.
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